Submarino ARA San Juan sigue hundido en un abismo de dudas

Se van los últimos recuerdos de 2017 y con ello las esperanzas de encontrar el submarino ARA San Juan, que ya lleva desaparecido más de un mes y medio en el Atlántico Sur.

Ya sin la ilusión de hallar los cuerpos de los 44 tripulantes de la nave para cerrar el dolor de los familiares, pareciera que localizar el submarino se transformó en una misión muy complicada de cumplir. Casi imposible.

Que fue torpedeado, que explotó por la presión del agua, que encalló en un abismo, que se le acabaron las baterías…Son varias las hipótesis que han intentado explicar la desaparición del submarino, pero lo único claro es que ni siquiera ha podido ser localizado, pese a toda la tecnología que se ha usado en su búsqueda.

Las primeras luces de que el ARA San Juan nunca más podría ser encontrado las dio la jueza federal argentina Marta Yáñez, quien reconoció que "estoy tomando medidas, ya pensando en que no pudiera ser ubicado, o si pudiera, que no pueda ser reflotado de inmediato".

En esa línea, el ingeniero norteamericano Tom Dettweiler, que se hizo famoso tras encontrar el Titanic en el Atlántico Norte en 1999, reveló que lo más probable es que "no quede nada" del submarino, "porque el intercambio de agua y la fauna oceánica aceleran la descomposición y no dejan rastros", explicó al diario argentino Clarín.

"Nunca supieron qué estaba ocurriendo"

Pero si estos antecedentes ya son pesimistas, el informe sobre la tragedia que la Inteligencia Naval de Estados Unidos envió a la Armada Argentina es, definitivamente, lapidario.

El documento, firmado por Bruce Rule, señala que el submarino explotó con una potencia similar a un bombazo de 5 mil 700 kilos de TNT y que la presión hizo que el agua ingresara a casi 3 mil kilómetros por hora.

"El casco del submarino fue completamente destruido en aproximadamente 40 milisegundos, que es la mitad del tiempo mínimo que se requiere para el reconocimiento cognitivo de un evento", indica el dossier.

El único consuelo de la tragedia, según el informe de EE.UU., es que los 44 tripulantes "nunca supieron qué estaba ocurriendo. No se ahogaron ni experimentaron dolor".

Sobre las causas de la explosión, las dos más creíbles siguen siendo que el submarino estalló y se desintegró por la presión del mar o por un cortocircuito en el tanque de baterías, provocado por la entrada de agua de mar a través del esnórquel.

El rastro del ARA San Juan se perdió el 15 de noviembre en la mañana, cuando navegaba desde Ushuaia a Mar del Plata, a unos 400 kilómetros de la costa.

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