Dos fuertes terremotos consecutivos, de 6,2 y 6 de magnitud en la escala abierta de Richter, dejaron laca en las ciudades iraníes de Ahar y Varzeghan, al noroeste del país.
Producto de estos sismos, las autoridades del Ministerio del Interior de Irán informaron que hay al menos 180 muertos y 1.300 heridos.
“Lamentablemente, el balance aumenta y estamos ahora en 180 muertos y unos 1.300 heridos”, explicó en la televisión estatal Jalil Saie, jefe del Centro de Catástrofes Naturales de Azerbaiyán Oriental (la provincia iraní donde se han producido los sismos).
“Hasta ahora, no hay ningún muerto en las ciudades y todas las víctimas vivían en zonas rurales (...) en 60 pueblos ha quedado destruido el 60% u 80% de ellos y cuatro pueblos al 100%”, agregó la autoridad.
Además pidió que “no cunda el pánico. La ayuda llega y los servicios de rescate están ya sobre el lugar afectado”, remachó.
“En este momento, 66 equipos de rescate, 185 ambulancias y 40 dispositivos para localizar supervivientes bajo los escombros se encuentran sobre el terreno, donde trabajan siete equipos con perros”, explicó un responsable de la operación de rescate, citado por la agencia oficial Irna.
Asimismo, el jefe local de la Cruz Roja ha explicado que “210 heridos habían sido rescatados de los escombros y trasladados a hospitales”.
El terremoto más mortífero de las últimas décadas en Irán se produjo en junio de 1990 en el noroeste del país, en las provincias de Gilan y Zanjan, con al menos 37.000 muertos y más de 100.000 heridos.