La administración del presidente habría realizado una campaña en su contra.
En agosto de 2018 la entonces ex presidenta de la República de Chile, Michelle Bachelet, fue nombrada para ser alta comisionada por los Derechos Humanos en la ONU, lo que desató una serie de cuestionamientos.
Uno de los países que no tomó bien este llamado fue Estados Unidos, ya que no estarían de acuerdo con las opiniones políticas de la ex mandataria respecto a la situación de Israel.
De acuerdo a información de en septiembre de 2018 para interrumpir el nombramiento de Bachelet.
La embajadora de Estados Unidos en las Naciones Unidas, Nikki Haley, escribió una nota confidencial al Secretario General de la ONU, António Guterres, en donde señalaba las objeciones de EE. UU. al nombramiento de Bachelet y la manera en que se manejó su selección para el puesto.
Un portavoz de la campaña contra Bachelet explicó las razones de Estados Unidos. "Expresamos adecuadamente estas preocupaciones en su proceso de nombramiento como lo haríamos para cualquier persona designada por la ONU de alto nivel, a través de comunicaciones directas y privadas con la oficina del secretario general".
Por su parte, desde el Departamento de Estado señalaron que "no debería sorprender que los Estados Unidos evalúen cuidadosamente la calificación de las personas consideradas para los altos cargos de la ONU. Todos los estados miembros de la ONU lo hacen de acuerdo con sus propios intereses, y ninguno debe disculparse por ello".