El expresidente aceptó su nominación como candidato del Partido Republicano y puso a la inmigración como una de las tareas que abordará desde el día 1.
El expresidente estadounidense Donald Trump aceptó el pasado jueves su nominación como candidato republicano a la Casa Blanca, asegurando que: “es necesario curar la división de la sociedad”.
Pero el candidato presidencial, como parte de su discurso en la Convención Nacional Republicana en Milwaukee, también prometió dos ejes centrales para sus primeros días: potenciar la extracción de petróleo y cerrar la frontera durante el primer día de su eventual mandato.
“Pondremos fin a la crisis de inmigración ilegal cerrando nuestra frontera y terminando el muro, la mayor parte del cual ya he construido”, aseguró Trump. “La invasión en nuestra frontera sur la vamos a detener y lo haremos rápido”, remarcó.
En ese escenario, Trump lanzó sus dardos contra los gobiernos de Venezuela y El Salvador, repitiendo una idea por la que ha sido desmentido en más de una ocasión: que ambos países están desechando criminales, enviándolos a Estados Unidos.
“En Venezuela, la criminalidad ha bajado un 72% (...) Los criminales del mundo vienen aquí, y son enviados por sus gobiernos, porque sus gobiernos son más inteligentes que los nuestros”, dijo Trump en una afirmación que ha sido ampliamente cuestionada, pues no es la primera vez que da ese dato considerado como falso.
De ahí que, según planteó la retórica de Trump, la inmigración ha expandido “la miseria, el crimen, la pobreza, las enfermedades y la destrucción de comunidades” a lo largo de Estados Unidos. “Están enviando asesinos, vendedores de droga, terroristas y criminales de todas las formas”, agregó en comentarios que también han despertado múltiples críticas y que son considerados como datos falsos de su campaña.