"El pájaro salió ileso, pero perdió su pan". Con esta frase un tanto para la chacota, el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN, por sus siglas en inglés) explicó la falla que lo chantó en seco, al comprobarse que un pequeño pedazo del más básico y humilde de los alimentos había echado a perder el acelerador de partículas más grande y costoso de la historia científica mundial y con el que se espera descifrar insondables misterios del universo.
Subsanado el desperfecto por el pancito que cayó sobre su transformador eléctrico, se espera que el aparato arranque a mediados de este mes.
Una portavoz del CERN, el organismo situado en Ginebra, informó que el pasado martes "un trozo de pan, que creemos que transportaba un pájaro, cayó sobre el transformador eléctrico del acelerador".
Ello provocó un cortocircuito en esa instalación que se encuentra en el exterior (a diferencia del acelerador en sí, que está situado en un túnel circular de 27 kilómetros, bajo la frontera franco-suiza), causando el calentamiento de dos de sus sectores.
Además, el incidente provocó una interrupción del sistema criogénico del acelerador de partículas, agregó la portavoz, que destacó que los dos sectores afectados ya han sido enfriados hasta su temperatura operacional.
El incidente, según los portavoces del CERN, no ha cambiado para nada los planes de poner en marcha de nuevo el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés), el mayor acelerador de partículas jamás construido, después de estar más de un año parado por una grave avería ocurrida a los 10 días de arrancar en septiembre de 2008.
Tras filtrarse el incidente del trozo de pan, con la consiguiente alarma por lo que parece una maldición para "el mayor experimento científico del siglo", el CERN ha querido minimizarlo y tomárselo con humor.
Por ello, en un corto comunicado para dar cuenta de lo sucedido, y titulado "Incidente Pájaro en el LHC", el CERN resume: "El pájaro salió ileso, aunque perdió su pan".
Con el LHC se espera recrear los sublimes instantes posteriores al Big Bang, lo que dará informaciones clave sobre la formación del universo.