Este tipo de pruebas ya han comenzado en China y Estados Unidos y se espera que comiencen a finales de mes en Alemania, donde la autoridad federal a cargo de las vacunas dio luz verde el miércoles.
La universidad de Oxford dio inicio a ensayos clínicos en humanos de una vacuna del coronavirus con la muy ambiciosa esperanza de que esté disponible antes de finales de año y permita pasar la página del confinamiento.
De los más de cien proyectos de investigación que se llevan a cabo en todo el mundo para encontrar una vacuna -la única forma posible de volver a la "normalidad" según Naciones Unidas-, ocho se encuentran actualmente en fase de ensayos clínicos, según la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
Este tipo de pruebas ya han comenzado en China y Estados Unidos y se espera que comiencen a finales de mes en Alemania, donde la autoridad federal a cargo de las vacunas dio luz verde el miércoles.
En su primera etapa clínica, el ensayo realizado por el Instituto Jenner de la universidad de Oxford para evaluar la seguridad y la eficacia de la vacuna involucrará a 1.112 voluntarios: 551 recibirán una dosis de la potencial vacuna del covid-19 y otro tanto servirán como grupo de control al recibir sin saberlo un inyección sin producto activo.
Los diez participantes restantes recibirán dos dosis de la vacuna experimental, a cuatro semanas de intervalo.
El equipo de la profesora Sarah Gilbert estima sus probabilidades éxito al 80% y en paralelo a la investigación prevé producir un millón de dosis hasta septiembre, para tener amplia disponibilidad antes de finales de año si se confirma su eficacia.
Apuesta arriesgada pero necesaria
Según Nicola Stonehouse, profesora de virología molecular de la universidad de Leeds, la estrategia de no esperar a cada paso antes de iniciar la producción es una "apuesta" arriesgada desde el punto de vista financiero.
Pero una apuesta necesaria "en la situación actual", asegura a la AFP.
La vacuna que están desarrollando los investigadores de Oxford se basa en un adenovirus modificado que afecta a los chimpancés. "Genera una fuerte respuesta inmunológica con una sola dosis y no es un virus replicante", por lo que "no puede causar una infección continua en el individuo vacunado". Esto la hace "más segura para los niños, los ancianos" y los pacientes con enfermedades subyacentes como la diabetes, explican los investigadores.