“La basura no es como parece, es algo especial en donde si tú buscas bien, encuentras algo nuevo”, afirmó Esteban Quispe (17), un caperuzo inventor boliviano que se armó su propio robot con puros cachureos y desechos.
Al joven oriundo de la localidad de Patacamaya, donde es conocido como el chico maravilla de la programación, se le prendió la ampolleta al cachar que podía controlar robots mediante su celular. Es ¡in-cre-í-ble!
Ahí, se aventuró en los basureros y vertederos cercanos en búsqueda de piezas electrónicas para comenzar a armar sus propios robots.
Así surgió el “Wall-E boliviano”, la primera creación del lolo e igualito al de la película de Pixar. “Él es una maravilla ahora”, señaló.
Ahora, el nuevo desafío de Esteban es cómo usar la tecnología de sus criaturitas en favor de la pachamama y de su mismo pueblo.
“La mayoría de la población indígena se está yendo a las ciudades. Están quedándose sólo abuelitos y niños no más ya. ¿Quién va a trabajar? ¿Quién nos va a dar de comer?”, sostuvo.
El caperuzo ya está armando su nuevo invento: un robot agricultor pa que en su barrio nunca falte qué echarle al manye.