Nada menos que un trabajo de cuatro años desarrolló el inglés Barry Cox para levantar en Nueva Zelanda, en la misma localidad donde se filmó la trilogía de "El señor de los anillos", una ingeniosa iglesia hecha con árboles vivos. Una obra artística desde todo punto de vista y que es fruto de un sueño concretado por Cox luego de casi cuatro años de arduo trabajo.
"Salí de casa por la puerta de atrás y pensé que ese espacio necesitaba una iglesia", soltó Barry Cox, quien planificó que la iglesia se cubra con sus propias ramas.