Una de las "víctimas" admitió que todo estaba preparado y que le pagaron por ello. Acusan propaganda anti-feminista realizado por una "fábrica de noticias falsas" y pagado por el Gobierno Ruso.
Las fábricas de noticias falsas en internet están proliferando de forma alarmante. Actualmente, existen cientas de "agencias" que se encargan de viralizar este tipo de contenido con fines políticos o económicos.
¿El objetivo?: manchar la reputación de alguien o desprestigiar un movimiento, organismo o partido político.
Durante el mes de septiembre, desató la indignación de los cibernautas el video en el que una supuesta activista rusa, Anna Dovgaliuk, rociaba "agua con cloro" en la ingle de un hombre para castigarlo por sentarse con las piernas abiertas. Medios de todo el mundo afirmaron que se trataba de una radical iniciativa feminista.
Sin embargo, durante una investigación publicada en San Petesburgo por la revista rusa Bumaga, consiguieron entrevistar a uno de los individuos que fueron rociados con cloro, Stanislav Kudrin. Él admitió que todo estaba actuado.
"Nos echaron agua [...] Naturalmente, escenificado. Esa sensación cuando vienes al rodaje con dos pantalones de repuesto y te vas con un sueldo", contó.
Su declaración, que fue subida también en su perfil de Facebook, acabó siendo eliminada de esta red social poco después.
¿Anti-feminismo?
El video se viralizó gracias a la publicación realizada en el medio In The Now, propiedad del Gobierno Ruso. Kudrin también sugería que el vídeo fue realizado por My Duck's Vision, un estudio que ha sido previamente acusado de tener vínculos con el Kremlin (Gobierno Ruso) y, por tanto, el apoyo del presidente Vladimir Putin.
No obstante, el estudio especializado en vídeos virales ha negado las acusaciones y cualquier nexo con la producción del mismo, pese a estar en el ojo del huracán por difundir constantes noticias falsas.
El objetivo, según indicó la investigación, es provocar reacciones anti-feministas como las del vídeo en Facebook, donde los usuarios puedan expresar pensamientos misóginos.