El intérprete aterrizó en Chile luego de haber ganado un Latin Grammy por el disco “Tropicália”, el mismo que presentó la noche del 21 de noviembre en Movistar Arena frente a una multitud chilena, colombiana, venezolana y hasta brasilera, que gozó de principio a fin sus hits.
El colombiano Fonseca jugó de local en Santiago. La anoche del jueves 21 de noviembre se presentó en Movistar Arena frente a un público compuesto no solo por chilenos, sino también sus parceros, además de venezolanos y hasta brasileños.
El reconocido intérprete de 45 años y reciente ganador del Grammy Latino al Mejor Álbum Tropical Contemporáneo con “Tropicália”, aterrizó en Chile con su el tour del mismo nombre, presentado un ramillete de casi 20 canciones de su mezcla única de pop, ritmos folclóricos colombianos e incluso reguetón.
Temas como “La psicóloga”, “Paraíso”, “Por pura curiosidad”, hicieron al público pararse de sus asientos de forma instantánea y mover sus cuerpos al ritmo de la hipnotizante música.
Una “parranda” latinoamericana fue lo que armó el intérprete en la capital. Un show que debía iniciar a las 20:00 pero que se atrasó cerca de 40 minutos, aunque la gente parece que también se confundió -generalmente los conciertos empiezan a las 21:00- ya que comenzaron a llegar bastante tarde al recinto.
Un artista que gozó con el público hasta el último minuto
Fonseca se comunicó con el público en varias oportunidades, habló de migración y agradeció a Chile por recibir a sus compatriotas con los brazos abiertos: “Quiero pedir un aplauso para esta tierra hermosa que nos ha recibido con tanto cariño, gracias Chile por recibirnos a todos los colombianos con tanto cariño. ¡Viva Chile, carajo!”.
También rememoró su grabación “con el maestro” Juan Luis Guerra, un movido hit titulado “Si tú me quieres”; y vivió un emotivo momento al interpretar “Me va extrañar”, de Ricardo Montaner, el único cover de la velada.
“Gracias Santiago por una noche inolvidable”, lanzó el artista en su última canción, antes de negarse a bajar del escenario después de casi dos horas de música.
Tras despedirse, gozó la última canción de fondo junto al público, como si fuera uno más de los asistentes, bailando solo frente a la multitud, sin banda, sin cantar, solo disfrutando junto a su gente.
Temas Relacionados
