Grupo Congreso y su crítica al Chile de hoy: “El individualismo es demasiado”

Congreso (créditos: Pía Figueroa).

La aclamada banda nacional conversó con La Cuarta sobre su obra, sus ganas de estar siempre vigente, el paso de los años y cómo ha cambiado el país, la inteligencia artificial en la música y, obviamente, su show en el Caupolicán este viernes 23 de agosto.

Ya son 55 años de carrera, 55 años de música y constante inquietud creativa para Congreso. El grupo quilpueíno está lejos de ser una banda de museo, de disfrutar solo de sus grandes clásicos, sino de continuar en la vorágine de seguir construyendo su presente y futuro. Prueba de eso son sus dos últimos discos de estudio La canción que te debía (2017) y Luz de flash (2022), los cuales han tenido éxito entre sus fanáticos y añaden una capa más para seguir explorando el universo de la agrupación, incluso, hasta recibieron premios.

Con su jazz fusionado con rock y folclore, además de sus letras que juegan con la poesía, marcaron una diferencia respecto a sus contemporáneos de los inicios de los 70′s, quienes presentaban un mensaje más directo, por decirlo así.

El 24 de agosto de 1969 fue la fecha del primer show del conjunto en el Teatro Valverde de Quilpué, que ahora lleva el nombre de Teatro Municipal Juan Bustos Ramírez. Y este 23 de agosto dejarán la mesa servida para celebrar su cumpleaños número 55 en el emblemático Teatro Caupolicán, porque el viaje continúa, todo esto tras una gira por el país en la que se presentaron en distintos lugares de Chile.

Sobre el privilegio de llegar a esta etapa en sus carreras, Sergio “Tilo” González (baterista y fundador) y Raúl Aliaga (percusionista) conversaron con el diario pop.

Congreso (créditos: Pía Figueroa).

Cada disco, cada gira, en cada época tiene un gusto distinto para la banda, como integrantes también...

RA: Sí, en particular, creo que esta gira, estos 55 años, encontrarse con la gente y ver los teatros llenos, hay que agradecer el cariño de la gente, el afecto que hay hacia el grupo Congreso. Como decía Tilo, somos un grupo más “under”, pero es impresionante que nos estén recibiendo y nos regalen tanto cariño y afecto a esta altura del partido.

Son pocas las bandas que llegan a los 55 años, ¿se sienten privilegiados?

TG: Claro, pero tiene que ver un poco con nuestro trabajo también. No hemos dejado de sacar discos nuevos, hay música muy actual. Los últimos dos discos también tuvieron tremenda recepción, con premios, en fin, hemos trabajado para ustedes.

Esa es la clave...

TG: Lo vemos nosotros siempre como un presente eterno. Estar tocando hoy canciones de hoy, obviamente hay espacios para el recuerdo también, pero nos llama mucho esto de estar generando nueva música. Es nuestra labor.

¿Y cómo cambió el presente desde la década del 60 hasta acá? ¿qué les gustaba del Chile de esa época?

TG.: Yo siempre hago mención a nuestro origen, que tiene que ver más con las comunidades, que es lo que echo de menos. Hoy día, el individualismo es demasiado. Está muy valorado eso de andar solo y triunfar solo. Sin embargo, somos una comunidad, una sociedad, de alguna manera todos debemos estar abrazándonos unos a otros, reconociéndonos con los errores y con las virtudes.

“Recuerdo la época de la psicodelia o de los hippies, todos éramos como ‘todos para uno y uno para todos’. Eran cosas muy triviales, pero muy esenciales. Conocer al vecino, saber el nombre del zapatero, en fin, hoy día nadie se preocupa un poco del entorno en el que vivimos. Eso lo echo de menos”.

En un mundo de tanta comunicación, de sobreinformación, parece que estamos más solitarios...

TG: Creo que los conciertos son uno de los momentos más comunitarios, donde la gente simultáneamente percibe lo que está sucediendo. Porque la música de hoy, cada uno escucha sus cosas, y entonces cada uno disfruta solo. Es un poco fome.

RA: Yo creo que Congreso tiene un privilegio en ese sentido, de poder contar con una audiencia transversal, que se ha ido retroalimentando en el día a día dentro de las casas. Los abuelos hacen que los papás escuchen, los papás a los hijos, los hijos a los nietos. Nos encontramos realmente con un abanico, con esta gran tribu.

“Estamos frente a cambios que no nos imaginamos”

¿Qué les parece la inteligencia artificial en la música?

RA: Sí, hay un problema muy profundo y una discusión ética sobre cómo se va a proteger al ser humano frente a su creación. Imagínate, hay algoritmos sintetizados de 600 años de historia, pero creo que vamos a tener que adaptarnos sí o sí. Y cada día la inteligencia artificial va a permear toda nuestra vida: el refrigerador, la cocina, la lavadora, la escoba, el robot que va a hacer las camas. Creo que por ahí es un beneficio. Ahora, cómo tomar esto en términos de cuál va a ser el espacio que le corresponde a la inteligencia artificial y a la inteligencia humana, yo creo que está de por medio la emoción.

¿Y ustedes plantean, tal vez, en algún trabajo futuro, algún sencillo que ocupe inteligencia artificial?

TG: Yo apuesto más a que esta cosa de hacer música, entre comillas, de mentira, le va a dar mucho más valor a lo en vivo, a ir a ver realmente quién está tocando de verdad. Porque claro, hoy día podemos hacer mucha música a través de la inteligencia, poniéndole, mira, tal estilo, con tal voz, pero es mentira.

Como una discusión filosófica, se puede pasar días completos hablando de esto...

RA: Estamos frente a cambios que no nos imaginamos. Eso es lo que viene. Vamos a tener que reimaginar a la humanidad.

Hablando de tiempos de cambio, pasamos por un estallido, una pandemia, inteligencia artificial. Siento que todo está pasando súper rápido. ¿Ustedes cómo ven el presente?

TG: Sí, es muy rápido, tienes toda la razón. Y en el rubro que a nosotros nos compete, que es la música, también. Los músicos nuevos suben cada 15 días, cada 10 días, una canción nueva, porque se agota en 15 días. No como antiguamente, cuando una canción podía estar seis meses en el primer lugar. Todo es tan rápido y todo es muy desechable. Esa es la pena que me da. Muchas veces en la música o en el arte hay mucho trabajo detrás para que solo dure 15 días en un lugar de cierta visualización.

¿Les gusta algún artista ahora? ¿Recomiendan algo?

RA: Voy a hacer una recomendación cercana: María y los Templos. Es una joven que tiene un talento muy especial en lo que es la poesía y la música, y está buscando texturas y cosas que son bien particulares. Se conecta con la Violeta Parra, pero de ahora, es bien entretenido. También el Dúo Pajarito, que rescata cosas latinoamericanas, patrimoniales, con un nivel de calidad musical excepcional.

TG: Tengo varios, pero no son tan jóvenes tampoco, en el sentido de que llevan muchos años tocando, haciendo cosas, y que no han tenido el lugar que se merecen, como Elizabeth Morris o Magdalena Matthey.

Congreso (créditos: Pía Figueroa).

¿Qué piensan de la música urbana? Es un boom actualmente, chicos que desde la pieza de un computador, de cualquier parte de Chile, ahora hacen éxitos y todo eso...

TG: Hace siete días no podían hacer nada. Ahí hay un problema: estamos dependiendo de eso. No sé si pueden hacer música o tocar de otra manera.

RA: Yo creo que hay gente muy talentosa que encontró su camino por este lenguaje. Partió como una reacción social, sociocultural de la periferia, con letras muy relacionadas con el narcotráfico, las armas, y la violencia, pero es parte de un proceso. Ya se está hablando del amor y se está construyendo algo más elevado en términos poéticos, etc.

“Hay gente que produce muy bien en términos electrónicos, que está ocupando muy bien los software y las herramientas que hoy les ofrece el mercado a los músicos en general. Igual hay una manipulación en términos comerciales, haciendo cálculos ficticios en muchas ocasiones de masividad que no es tal”.

¿Cuáles son para ustedes sus top tres canciones favoritas de Congreso?

TG: No es que sean favoritas, pero tienen una conexión especial, me acompañan siempre. “Vuelta y vuelta,” que es una canción que hice en el año 73, donde expreso ese desencanto por lo que estaba sucediendo, tiene que ver con algo bastante familiar. “El patio Simón,” que es para mi hijo, una canción que hice con mi exmujer. Y luego “La canción que te debía,” que se la dediqué a Gabriela (hija de Tilo González).

RA: Para mí, bueno, “Los fuegos del hielo,” que es música para ballet, me encanta porque considero que es un lenguaje musical que realmente conecta con la extinción de nuestras etnias australes del mundo. Ese trabajo ha sido uno de los grandes hitos de mi vida. Otro tema que me gusta es “Farewell,” con letra de Neruda, me hace pensar en el trayecto de la vida y, en el fondo, en lo que vamos, el desaparecer. Y el otro tema bonito es el vals “Días atrás un árbol me preguntó,” con letra de Nicanor Parra. Es un antivals, pero tiene una profundidad muy grande, nos hace reflexionar sobre nuestro mundo y nuestro ecosistema, y cómo realmente no lo protegemos.

La mesa servida en el Caupolicán y Quilpué

Esta primera parte de la gira El viaje continúa de Congreso llega a su fin. Tras haber estado tocando desde Antofagasta hasta Chiloé, cierran con broche de oro y visitarán el Teatro Caupolicán este 23 de agosto con un show que contará con invitados como Manuel García, Dúo Pajarito, Arlette Jequier (insigne exvocalista de Fulano) y otras sorpresas. Todavía hay entradas disponibles en Puntoticket. Asimismo, un día después, volverán al origen, al lugar que los vio nacer, el Teatro Municipal de Quilpué, con tickets aún en venta en Passline.

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