El artista chileno, que está ad portas de celebrar 40 años de trayectoria, compartió el pulso de este último tramo de su vida, abordó su reciente LP “Latin swing”, el trabajar junto a Humberto Gatica, su experiencia en Miami y su próxima presentación en Olmué. Además, respondió por qué no decidió apostar más por internacionalizar su carrera: “Pero la verdad es que yo decidí situarme en Chile. Primero, porque formé una familia, y segundo, porque me cautivó mucho mi condición de comunicador”.
El swing, subgénero del jazz nacido a inicios de 1920, alcanzó una gran popularidad convirtiéndose en un fenómeno cultural. Su estilo de orquestas cautivó a generaciones, con artistas de la talla de Fletcher Henderson, Benny Goodman, Duke Ellington y Glenn Miller, entre otros, siendo figuras clave en su auge durante la primera mitad del siglo XX.
Sin embargo, el término swing también se refiere a esa sensación que “te mueve”, esa cadencia única que produce el sonido jazzero en sus múltiples vertientes. Incluso ha sido motivo de debates sobre su verdadero significado. El trompetista Cootie Williams resumió su complejidad diciendo: “¿Definirlo? ¡Prefiero abordar la teoría de Einstein!”.
Pero eso es otra historia. Este 2024, Luis Jara, de la mano del afamado productor e ingeniero chileno Humberto Gatica, hijo del mítico Lucho Gatica, estrenó Latin swing, un tributo al estilo que también incorpora ritmos como el standard y el bossa nova. Se trata de una reinterpretación de grandes éxitos del cancionero latino, que va desde Mon Laferte hasta Juan Gabriel.
El LP, liberado en mayo pasado, tomó un año en desarrollarse y se convirtió, según el también animador de televisión, en la mayor prueba de su vida artística: “Fue como jugar en el Real Madrid”. Grabado en el legendario estudio donde se produjo “We are the world”, el proyecto contó con los bronces del crooner Tony Bennett y la Orquesta Sinfónica de Budapest.
“Hoy miro a los cabros más jóvenes que, en poco tiempo, ocupan lugares de privilegio. Hay muchos que llevan tres años y ya están recibiendo premios internacionales, pero los que venimos desde los 80 hemos dado una pelea mucho más larga. Es un trayecto más reforzado, y eso hace sentir mucho más el peso de los reconocimientos”, reflexiona sobre este logro que lo tiene explorando una nueva faceta en su trayectoria.
“Hoy día los logros parecen durar apenas 48 horas. Siempre me pregunto, teniendo un hijo músico, qué van a esperar a los 60 años quienes quieren todo en dos años. Ahí hay una dicotomía: lo bueno de tener contacto rápido, versus lo potente que fue recorrer tantos años y seguir sintiendo que hay metas por delante”, agrega.
—¿Y por qué el swing? Esta variante del jazz, que en su tiempo tuvo un auge muy pop...
—Mira, en palabras de Humberto Gatica, él me explicó que un cantante como yo está alineado con lo que se conoce como crooner: cantantes que toman cualquier canción y la transforman en suya, ya sea en el swing, el bolero o incluso en música más tradicional. Humberto me dijo: ‘Te voy a poner en esa línea, y voy a usar tu voz para hacer un disco de swing latino, vas a ser un instrumento más de lo que quiero lograr’. El desafío es que no se trata solo de aprenderse una canción, sino de reversionarla y cantarla de una manera muy distinta. Hubo momentos muy difíciles porque cantar en swing es algo completamente diferente a interpretar una balada.
—¿Qué tal trabajar con Humberto Gatica? Poco se habla de él, pero está en las grandes ligas de la industria.
—Humberto es, definitivamente, el chileno que más lejos ha llegado en la industria de la música a nivel mundial. Hoy día tenemos grandes exponentes a nivel internacional, sobre todo en el ámbito hispano. Pero Humberto trasciende eso: Andrea Bocelli viaja desde Italia hasta su casa para grabar sus voces, Celine Dion, si entra a un estudio, no lo hace con otro ingeniero que no sea Humberto. Por mencionar un hito, “We are the world” lo registró él. Y podría enumerar muchas cosas más.
—¿Cómo fue el proceso?
—He grabado 20 discos, y en algunos he sido mi propio productor; en otros, he trabajado con productores argentinos y chilenos, siempre con experiencias fantásticas. Pero cuando llega don Humberto Gatica, todo cambia. Fue muy complejo al principio porque soy autogestor, hasta en mi forma de cantar. Entonces, que llegue alguien que ha trabajado con Tina Turner, Bruce Springsteen, Cyndi Lauper, y te diga: ‘Quiero una nota lisa, sin vibrato, y si hay vibrato, debe durar exactamente lo que tiene que durar’, es todo un desafío.
“El nivel de detalle que maneja este hombre es increíble. Por ejemplo, me pedía una voz más soplada durante cuatro compases. Hubo un momento en el que pensé: ‘Este disco no lo termino nunca’. En una canción, estuve 45 minutos trabajando en una sola nota”.
—Se está promocionando este sencillo, esta reversión a Fito Páez: “A rodar mi vida”. ¿Por qué este tema? Es una parte importante del cancionero argentino...
—Lo escogí yo. Debo reconocer que hay dos canciones argentinas en mi disco: una es “No hace falta que lo digas” de Alejandro Lerner, que es una balada que grabé en Budapest. Si tienes tiempo de escucharla, te darás cuenta de que tiene un arreglo al estilo de Disney. Por otro lado, “A rodar mi vida” siempre ha sido una de mis canciones favoritas de Fito Páez, junto con “Mariposa Tecknicolor” y “Giros”. Es como una trilogía que me mata.
“Para hacer una versión en swing, no puedes elegir cualquier canción, debe tener una configuración melódica que permita adaptarla. Recuerdo que, mientras estaba en el auto en Los Ángeles, empecé a buscar en mi cabeza canciones que me llegaran al corazón. De repente, sentí: ‘A rodar y a rodar y a rodar y a rodar mi vida’, y dije: ‘¡Es esta!’. Incluso, Humberto quería que fuera la canción de apertura del disco”.
—Luis, después de todos estos años en este rubro, con singles como “Golpe de suerte” y “Ámame”, ¿te sientes infravalorado?
—¿A qué te refieres con eso?
—Podría ser que Luis Jara haya explotado en México, cosas así…
—En algún momento han habido trazos de mi vida donde uno se pregunta, más bien por personas como tú o por otros que dicen: ‘Oye, pero si tú hubieras nacido en México…’. Hacen como una especie de ficción, intentando consolar —entre comillas— una carrera que podría haber sido más expansiva. Pero la verdad es que yo decidí situarme en Chile. Primero, porque formé una familia, y segundo, porque me cautivó mucho mi condición de comunicador, que no fue menor. He tenido programas con mi nombre y shows donde mis invitados han sido desde Ricky Martin hasta el presidente de turno.
“Tuve que tomar decisiones. Por ejemplo, tendría que haber estado soltero para irme a México, llevar mis discos bajo el brazo y tener tiempo y plata para hacerlo. Hoy día los cabros más jóvenes tienen compañías que les adelantan regalías, y si son inteligentes, pueden proyectar su vida”.
Retorno de Miami
En 2021, el artista y popular rostro de televisión tomó sus maletas para comenzar una nueva vida en Miami, Estados Unidos. Un lugar considerado un polo musical y donde esperaba mejorar la calidad de vida de su familia. Sin embargo, durante este año tuvo que regresar a Chile. Extraoficialmente, se ha mencionado que habría perdido su visa, pero el músico no había entregado su versión hasta ahora.
—Luis, ¿cuál es el balance que deja esta última etapa, marcada por momentos de dulce y agraz?
—Mira, yo casi nunca veo lo agraz. Han sido solo cosas positivas. O sea, pude darme el lujo en 2024 de viajar con casi 30 personas para una gira de nueve ciudades, comenzando con una actuación en el Teatro Oriente junto a 30 músicos. Eso ya es algo desorbitante para los tiempos que corren. Cerré con esa misma cantidad de músicos en el Arena Monticello y recorrí Chile con una configuración de 16 músicos, llenando casi todos los teatros.
“Mal podría decir que hubo algo de agraz; solo hubo ganancia. Tanto así que en 2025 pretendo visitar las 13 ciudades que me faltaron. Es un proyecto que todavía no termina, y pensando que Olmué, el 18 de enero, será la plataforma de inicio para la celebración de mis 40 años de carrera, que se cumplen en febrero de 2026″.
—Le menciono lo agraz porque usted vivía en Miami y tuvo que regresar a Chile. Teniendo en cuenta que Miami es una ciudad clave en la industria musical, con productores e ingenieros, ¿cómo le afectó salir de allí, desde un punto de vista musical?
—No, en nada, porque Miami, más que lo que tú dices, es como una especie de aeropuerto de tránsito. No es relevante. Mi estadía en Miami tenía que ver con buscar espacios de mayor libertad para vivir: oportunidades para mis hijos, caminar libremente por la calle sin que te roben el celular, salir a pasear al perro a las 19:00 horas. Básicamente, fue una estación de descanso. De hecho, en 2025 pretendo explorar dos territorios que están en carpeta para abril: Buenos Aires y Lima, que son las ciudades que más han consumido el Latin swing, junto con Madrid. Entonces, lo de Miami no tiene relevancia mayor en el desarrollo de este proyecto.
—¿Y a nivel personal, le afectó su salida de Miami?
—No, estoy muy tranquilo porque no fue una salida forzada. Mi carrera está en Chile, tengo la valoración acá, así que cualquier cosa que haga en el extranjero está sustentada en una base muy sólida. Por ejemplo, no esperaba hacer dos programas de televisión este año. En los últimos cuatro meses he grabado 120 capítulos de “Al Piano de Lucho”, llevo casi 40 episodios de “Mi Nombre Es” en vivo todos los días, además de las giras que he realizado. Por lo tanto, el impacto ha sido solo positivo.
“Veo que mis hijos están felices en Miami. Uno de ellos se va a casar, trabaja con Maluma en su oficina, y ahora se va con Carlos Vives a República Dominicana. Tengo otro hijo que está muy bien posicionado; recientemente trajo a Emilia a Chile, y estoy muy orgulloso de él. Y mi hijo menor está en el high school. Así que, en lo personal, miro todo con mucho optimismo”.
Olmué 2025
No hay que olvidar que la voz de “Mañana” será uno de los protagonistas del Festival del Huaso de Olmué este próximo 18 de enero, en una jornada que compartirá escenario con la humorista Yolanda Carmín y la cumbiera Paula Rivas.
—¿En Olmué veremos el Latin swing o será un show estándar?
—Es un show combinado. O sea, si yo no saco “Amor prohibido”, “Ámame” o “Mañana”, la gente no me lo va a perdonar. Pero, obviamente, habrá un tramo dedicado a ese espectáculo. Por eso voy con varios músicos, es muy ambicioso, porque sonar en vivo, sin secuencias, con los bronces como una big band, nos ha costado mucho, pero tengo músicos excepcionales. Será un recorrido por los 20 discos que he grabado, dentro de todo lo que pueda incluir.
—¿No ha pensado en sacar Golpe de suerte en formato Latin swing?
—Fíjate que lo intenté, pero no se logra. Son canciones que están muy pegadas a la balada. “Golpe de suerte” tiene un mid-tempo, y me hizo mucho más sentido llevarla al pop de Jamiroquai que al swing. Hice una versión en swing de Amor prohibido que quedó muy buena, ese arreglo es mío, pero lo tengo tan trabajado que prefiero explorar un poco más allá. A menos que Humberto me fuerce a hacerlo, pero creo que no.
Al Piano de Lucho y un 2025 lleno de conciertos
El próximo año, Luis Jara planea realizar 13 conciertos por Chile para seguir presentando su Latin swing. Además, apuesta por incursionar en mercados como el peruano, argentino y mexicano. ”Creo tener un relato potente para hacerlo, más que como el artista de moda, como un artista clásico”, indica.
Por otra parte, reveló que su programa “Al Piano de Lucho”, transmitido en TV+, tendrá entre 13 y 14 fechas en formato en vivo, en teatros. ”Me tiene muy entusiasmado porque hay una mezcla entre el stand-up y la música”, comenta.
La primera entrega de este renovado formato tendrá lugar el próximo 10 de enero, en el Teatro Marina del Sol de Talcahuano, con la participación de Verónica Villarroel, destacada soprano chilena.
Los tickets están disponibles en Ticketpro, con precios que van desde $23.000 hasta $57.000.