Aokigahara, el tenebroso bosque de los suicidios en Japón

Bosque de Aokigahara | Foto - Wikimedia

Se estima que alrededor de 100 personas se quitan la vida al año, en este mar de árboles.

“Tu vida es un hermoso regalo de tus padres. Por favor piensa en tus padres, hermanos e hijos. No te lo guardes. Habla de tus problemas”.

Ese mensaje es lo primero que ven los visitantes del bosque Aokigahara, uno de los lugares más tenebrosos del mundo, donde decenas de japoneses eligen cada año quitarse la vida allí.

Ubicado en la prefectura de Yamanashi, a los pies del monte Fuji y a unos 100 kilómetros de Tokio, en el bosque reina un silencio absoluto y una total oscuridad, acompañado por un mar de árboles y cavernas que hace perderse hasta al más hábil de los excursionistas.

En su recorrido se pueden encontrar sogas colgadas de los árboles, frascos de pastillas y en ocasiones cadáveres dejados a su suerte.

Según explica el portal Bustle, los japoneses creen que el bosque está maldito y que en él habitan demonios y Yūrei, fantasmas que sufrieron una muerte violenta y sobrenatural.

De hecho, muchos afirman que el silencio se ve interrumpido por gritos espeluznantes y sobrenaturales, los que creen son emitidos precisamente por los Yūrei.

Incluso, hace unos años, un escritor del Japan Times visitó el bosque para escribir una columna de este. Estando allí contó que oyó un grito aterrador, pero cuando fue a buscar la fuente del ruido, se encontró con el cadáver de un hombre al pie de un árbol, que llevaba algún tiempo allí.

CNN también contacto con la historia de un hombre que, tras ser despedido de su trabajo, decidió acudir al bosque para quitarse la vida. “Mi voluntad de vivir había desaparecido. Perdí mi identidad, así que no quería seguir viviendo en el mundo. Por eso fui al bosque”, contó.

Allí intentó cortarse las venas, pero la herida no fue fatal. No obstante, la deshidratación, el hambre y el frío estuvo a punto de matarlo. Se salvó sólo gracias a un visitante del lugar que lo encontró y lo ayudó.

¿Cómo nació el bosque de los suicidios?

El mito dice en el siglo XIX, una terrible hambruna y epidemia azotó a Japón, provocando que familias pobres tuviesen que dejar a sus enfermos y ancianos abandonados en el bosque, por no tener la capacidad de cuidarlos y alimentarlos, realizando una especie de eutanasia a la que llamaban ubasute.

Los más creyentes afirman que las almas de estos fallecidos nunca dejaron el bosque y son las voces que muchos visitantes escuchan cada vez que pasean por él.

Al mito también se suma la literatura, como el libro El manual completo del suicidio, un texto de 1993 escrito por Watary Tsurumi, donde se sugiere que el bosque es el lugar “perfecto para morir”. El libro actualmente está prohibido en el país.

También ayudó el libro Nami No Tou, de Seicho Matsumoto, que en los años 60, contaba la historia de una pareja de enamorados que escoge el bosque para suicidarse.

Un lugar no tan espiritual

Dada su proximidad al monte Fuji, muchas religiones japonesas consideran que Aokigahara es un lugar muy espiritual, lo que suele ser algo bueno. De hecho, los monjes budistas han levantado altares en el bosque para intentar combatir lo que dicen son los espíritus malignos que rondan el bosque y atraen a la gente allí para que se suicide.

Un monje budista llamado Kyomyo Fukui estaba visitando el bosque para levantar un altar cuando le dijo al New Zealand Herald: “Los espíritus están llamando a la gente para que se mate; los espíritus de las personas que se han suicidado antes”.

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