Los relatos sobre la criatura afirman que tiene la capacidad de chupar la sangre de animales, para así alimentarse. Pero, ¿qué hay detrás de este fenómeno?
Fue en Puerto Rico, a mediados de la década del 90, cuando se reportaron los primeros avistamientos de un supuesto monstruo que se caracteriza por chupar la sangre del ganado.
Y no pasó mucho tiempo para que los relatos sobre esta criatura comenzaran a expandirse por distintas partes del mundo.
Lo bautizaron popularmente como el “Chupacabras” y se le describe como una bestia que ataca animales domésticos en zonas rurales, para así alimentarse.
Entre las características que se le asignaban en un principio, estaba que tenía una apariencia similar a la de un reptil, que podía pararse en dos patas y que contaba con garras, además de púas a lo largo de su espalda.
Incluso, algunos sugirieron que podría tratarse de un extraterrestre o una figura con atributos paranormales.
Sin embargo, con el paso del tiempo comenzó a predominar la idea de que más bien se parece a una suerte de extraño perro salvaje.
Aquello ha llevado a que múltiples especialistas se dediquen a estudiar este fenómeno, para así tratar de explicarlo desde el ámbito de las ciencias.
Qué hay detrás de la leyenda del Chupacabras
Según datos revisados por National Geographic, en la mayoría de las oportunidades en las que se ha reportado la presencia del Chupacabras, las criaturas terminaron siendo coyotes con escabiosis.
Esta última infección, también conocida como sarna, puede provocar síntomas como que a los animales afectados se les caiga el pelaje y se les formen costras en la piel.
Asimismo, destaca por ser dolorosa y puede ser mortal en los casos más severos.
El experto en enfermedades e investigador de la Universidad de Georgia, Kevin Keel, aseguró al citado medio que los casos de supuestos Chupacabras que ha visto son precisamente coyotes con esta afección.
No obstante, dijo que es comprensible que algunas personas hayan pensado que eran otro tipo de criaturas.
Esto, debido a que “sigue pareciendo un coyote, pero en una versión bastante distinta”.
“Si lo viera en el bosque no habría pensado que se trata de un chupacabras, pero yo he estudiado coyotes y zorros con sarna durante mucho tiempo. Una persona no profesional (en esta área), en cambio, podría confundirlos”, agregó.
Junto con ello, precisó que el Sarcoptes scabiei también es el responsable de la sarna en humanos y explicó que consiste en un ácaro que se mete debajo de la piel, tanto de animales como personas.
Una vez ahí deja sus huevos, lo que contribuye a que se generen reacciones inflamatorias.
En los animales, los riesgos de que la infección pueda ser mortal son considerablemente mayores. No así en las personas.
El entomólogo de la Universidad de Michigan y especialista en este parásito, Barry OConnor, declaró a National Geographic que esa diferencia puede deberse a que el ácaro pasó de humanos a perros domésticos y luego a coyotes, zorros y lobos.
De esta manera, el hecho de que las personas y primates hayan vivido gran parte de su evolución frente a este padecimiento explicaría por qué la respuesta es tan diferente.
“Nuestra evolución nos permite mantener controlada la sarna, a contrario de lo que ocurre con otros animales”, aseguró.
Entre los signos que pueden aparecer en estos últimos, además de los mencionados, está la obstrucción de sus vasos sanguíneos y una fatiga general.
“Los animales que sufren esta enfermedad suelen estar muy débiles (...) Si no consiguen sus presas habituales, se acercan al ganado, que es más fácil de cazar”, agregó.
Y en cuanto a por qué se ha relatado que los supuestos Chupacabras tienen la capacidad de succionar la sangre de otros animales, OConnor manifestó que lo más probable es que se trate de una exageración de la leyenda.