En 1947, un niño de 5 años en Copiapó habría plasmado en un dibujo los detalles exactos de su fatal accidente, minutos antes de que ocurriera. Décadas después, su tumba sigue atrayendo visitantes y generando controversia entre escépticos y creyentes.
La leyenda de Alejandro Soto Wall ha perdurado como una de las historias más inquietantes propias del norte de nuestro país. Según el relato, en mayo de 1947, cuando Alejandro tenía solo 5 años, un dibujo que realizó en clases habría vaticinado su propia muerte con detalles estremecedores.
El dibujo, el cual fue entregado a su profesor antes de que Alejandro se dirigiera de vuelta a su casa, mostraba la escena exacta de lo que sería su atropello: un camión lechero con una patente visible, sus padres desesperados intentando alcanzarlo y el lugar preciso donde todo ocurrió. Minutos después de entregar el dibujo, Alejandro fue atropellado por ese mismo camión en las afueras de la escuela, perdiendo la vida de manera instantánea.
El dibujo que lo explica todo
Días después del accidente, el profesor revisó los dibujos de sus alumnos y encontró el de Alejandro. Al verlo, quedó paralizado: el dibujo no solo describía la escena del accidente, sino que contenía detalles imposibles de predecir, como la patente del camión involucrado. Este hallazgo transformó una tragedia familiar en una leyenda que sigue impactando a quienes la conocen.
La lápida del infante, la cual hoy puede encontrarse en el cementerio general de Copiapó, está decorada con una réplica de lo que, según dicen, es una fiel copia de lo que habría dibujado ese día. Además, está rodeada de juguetes, flores frescas y cartas que los visitantes dejan en su memoria.
“Caminante, dadme una flor lozana. Mis padres en su dolor agradecerán este favor ausentes en tierra lejana”, reza su epitafio.
Quienes visitan por primera vez la tumba de Alejandro aseguran que es difícil encontrarla, como si el lugar se escondiera intencionalmente. Solo en una segunda visita es posible ubicarla. Además, algunos aseguran haber experimentado fenómenos inexplicables, como escuchar risas infantiles o sentir una presencia cercana.
Tal fue el caso del youtuber, “La Ruta Oculta”, que, tras ir a visitar la tumba y posteriormente revisar minuciosamente los videos, descubrió que, en el video, mientras él estaba parado en un lugar del cementerio, aparecía un niño detrás de él. Este niño tenía un color de piel diferente. El autor notó que se volteó dos veces en el video, como si sintiera que alguien se acercaba. La cámara captó al niño, pero ni el autor ni su compañero lo vieron en ese momento.
¿Leyenda o realidad?
Aunque la historia de Alejandro Soto Wall ha sido contada por generaciones, algunos investigadores han cuestionado su veracidad. Según el canal de Youtube, Glitch Dimensional, en el dibujo de la lápida se hace uso de técnicas de dibujo como, por ejemplo, el punto de fuga, la cual es muy improbable que sepa usar un niño de 5 años.
Además, se señala que, en esa época, los niños menores de 7 años no asistían a la escuela, lo que pone en duda el contexto en que habría ocurrido la tragedia. Sin embargo, estos cuestionamientos no han logrado disipar el misterio que rodea a Alejandro. Su historia sigue viva, alimentada por el enigma de su lápida y el impacto emocional que genera en quienes la conocen. ¿Qué opinas? ¿Fue realmente un presagio de su muerte o una leyenda moldeada por el tiempo?
Temas Relacionados
