En 1892, un doble homicidio conmocionó al pequeño pueblo de Fall River, en Massachusetts. Una pareja fue asesinada en la que hoy es la casa más embrujada del mundo.
En Fall River, Massachusetts, existe una hermosa casa victoriana considerada como la más embrujada de todas. Y es que no sólo guarda la oscura historia de un doble asesinato, sino que también los hechos paranormales suelen ocurrir en sus habitaciones... al menos es lo que dicen sus visitantes.
Construida en 1845, la casa fue comprada por la familia Borden en 1850. Andrew, el patriarca, era director de la junta de varios bancos y propietario de numerosos negocios. Estaba casado con Sarah y ambos tenían una hija llamada Emma. En 1860 nació su segunda hija, Lizzie, quien solo pudo compartir con su madre por tres años, ya que la mujer murió por causas desconocidas.
Tres años después, Andrew se casó nuevamente con una mujer de 37 años llamada Abby. La boda fue toda una sorpresa para el pueblo ya que supuestamente “ella no estaba a la altura de él” y especulaban que él sólo había contraído matrimonio para conseguir una madre para sus dos hijas.
Las niñas odiaron a Abby desde el principio, pues creían que buscaba reemplazar a su madre y cuando fueron mayores pensaban que era una cazafortunas buscando la herencia de su padre.
Con el paso de los años, la relación entre las chicas y su padre y Abby fue empeorando, al punto que ni siquiera comían juntos. Mientras marido y mujer afianzaban su relación, las hermanas comenzaban a sentir celos de su madrastra, especialmente por los caros regalos que recibía de parte de Andrew.
El día que todo cambió
El 4 de agosto de 1892 es un día marcado en la historia de Fall River. Es el día en que Abby y Andrew Borden fueron encontrados muertos en su casa, con sus cabezas destrozadas por hachazos.
El día comenzó como cualquier otro, con Andrew saliendo a trabajar. A su regreso, su hija Lizzie le dijo que su esposa no estaba, por lo que el hombre decide recostarse en el sofá para descansar.
Al poco tiempo, la empleada de la casa escuchó los gritos de Lizzie. Al llegar vio al patriarca de la familia tendido en el sofá con 11 hachazos en la cabeza. Minutos más tarde, encontraron el cuerpo sin vida de Abby en la habitación de huespedes, también con el cráneo destrozado y con hachazos en la espalda.
Los primeros informes calificaron esto como un crimen pasional, pues aseguraron que había ira en cada golpe y que incluso después de caer muerta al suelo, el asesino continuó el ataque a Abby.
La policía comenzó a investigar el crimen, pero todos tenían una coartada. La empleada estaba en la cocina, Emma en casa de una amiga y Lizzie en el ático.
Tras revisar la casa y encontrar dos hachas recientemente limpiadas, las autoridades comenzaron a sospechar de Lizzie, especialmente luego de descubrir que el ático, cuyo piso estaba lleno de polvo, no tenía huellas de pie alguno. A eso se sumó que una vecina la vio quemando un vestido días después de los asesinatos, mientras que otro testigo aseguró que vio comprando veneno.
Lizzie fue arrestada antes del juicio, donde se declaró inocente, sin embargo, fue expuesta como una narcisista a quien no le importaba la muerte de su padre y su esposa. No obstante, a pesar de las pruebas en su contra, la mujer fue declarada como inocente.
Hasta el día de hoy muchos debaten si fue o no Lizzie la homicida de sus familiares, pero sin importar cuál fuese la verdad, pasó a la historia como la “asesina del hacha”.
Tras el juicio, Lizzie y su hermana vivieron por un tiempo en la casa, pero luego la vendieron para irse a vivir juntas. Por motivos que se desconocen en 1902, Emma se fue del hogar que ambas compartían y nunca nadie supo por qué.
Lizzie murió el 1 de junio de 1927 a causa de una neumonía grave. Por su parte, Emma murió sólo 9 días después, el 10 de junio de 1927, a causa de una nefritis (una enfermedad renal).
La casa de Lizzie Borden
La casa de Lizzie Borden es un hoy un hotel Bed and Breakfast muy peculiar. Una de sus atracciones que puedes dormir en la habitación donde asesinaron a Abby y tomar el té en el lugar donde encontraron a Andrew. Además, ofrece recorridos históricos y paranormales, así como recreaciones del juicio.
La leyenda dice que en ocasiones se ve a una mujer mayor deambulando por la casa. Para algunos se trata de Abby, haciendo las tareas del hogar, otros piensan que es Lizzie.
En tanto, también hay testimonios de visitantes que aseguran que en la misma habitación de huéspedes, han sentido como las sábanas se estiran a su alrededor, como si unas manos se deslizaran por las mantas, alisando meticulosamente la tela.
Asimismo, los huéspedes que se alojan en la habitación de Lizzie han afirmado haber despertado en la noche por el sonido de una mujer llorando al otro lado de la pared, el que se repite a diario a la misma hora, todas las noche.
Hace unos años, la revista Time Out eligió la casa de Lizzie Borden como la más embrujada del mundo.