La cinta de 2018, mezcló una experiencia real del matrimonio Warren con un demonio mitológico.
Las historias de los demonólogos Ed y Lorraine Warren inspiraron un universo cinematográfico que comenzó con El Conjuro. Uno de los últimos éxitos de la franquicia fue La Monja, la historia de una tenebrosa religiosa que acechaba un pequeño pueblo en Europa. Pero ¿sabías que parte de la historia está basada en una experiencia real de Lorraine?
Así lo explicó Tony Spera, yerno de los Warren y curador de su museo. Según contó a Esquire, la monja de la película se asemeja a un espectro con el que sus suegros se encontraron en la década de los 70, mientras realizaban una de sus investigaciones en una iglesia embrujada en Borley, al sur de Inglaterra .
El matrimonio llegó al lugar, junto a varios fotógrafos, tras enterarse diversas apariciones que ocurrían allí, incluyendo a un “monje decapitado que dejaba mensajes crípticos en las paredes, y un espectro de una monja que se paseaba por el lugar por las noches”.
La leyenda de La Monja
De acuerdo a la leyenda que se contaba en el pueblo, la monja que aparecía era una religiosa que había sido enterrada viva entre los muros de la iglesia, tras ser descubierta teniendo un romance con un monje, siglos atrás.
La noche que los Warren llegaron a aquella iglesia, se preocuparon que no hubiese velas ni luces y sólo trabajaron con las cámaras de 35 mm cargadas con película infrarroja de los fotógrafos que sí lograron captar algo.
Al ingresar, Lorraine de inmediato dijo: “Siento la presencia de una monja en esta iglesia”, y al revelar las imágenes, “se veía la imagen de lo que parecía ser una monja espectral caminando por el pasillo, en posición de estar rezando”.
De acuerdo a Spera, era bastante obvio que la presencia que sintió Lorraine era la monja de Borley, historia que habría inspirado la película.
De acuerdo a Spera, la película es la mezcla de dicho episodio de Lorraine con un demonio mitológico llamado Valak.
Según explica Esquiare, el libro The Lesser Key of Solomon describe a Valak como “el Gran Presidente del Infierno”, representado no como una monja, sino como “un niño con alas de ángel que ofrece ‘respuestas verdaderas sobre tesoros escondidos’ al mando de una legión de demonios”.