Mutual de Seguridad y La Cuarta te entregamos las mejores “papitas” para que te transformes en un verdadero “Doctor Milagro” de los primeros auxilios.
Es muy común sufrir accidentes o ser víctima de uno, ya sea en la casa, en nuestros trayectos o incluso en la pega. Lo importante es tener clarito cómo debemos actuar frente a heridas, traumatismos, quemaduras o incluso un “paro de la cuchara”. Por ello, en Mutual de Seguridad y La Cuarta te entregamos las mejores “papitas” para que te transformes en un verdadero “Doctor Milagro” de los primeros auxilios.
Siempre “con calma”, como dijo Daddy Yankee, y siempre “vivito”. Así hay que actuar en caso de un accidente, ya que los primeros segundos son fundamentales para una exitosa recuperación. Se debe evaluar tanto la situación como el accidentado y sin intervenir, a menos que sea estrictamente necesario, contactar a los servicios de emergencia que correspondan (Carabineros 133; Bomberos 132; SAMU 131 y si es un accidente laboral grave, puedes llamar a Mutual de Seguridad al 1407).
Nada de darle agüita o un dulce al paciente. En los primeros momentos lo principal es acompañar al accidentado, evitar que mire sus heridas y transmitir tranquilidad. Además, es recomendable que la persona que sufrió el incidente mantenga su temperatura corporal y para ello “el chal de la abuelita” o cualquier otra manta para cubrirlo es ideal.
En caso que la cosa se ponga complicada y exista sangre, sin que “panda el cúnico”, debemos limpiar la zona afectada con harta agua, para luego cubrirla con un apósito limpio y ojalá esterilizado. Ahora, si la cosa ya es “color de hormigas”, se debe acostar al afectado y cubrir la herida; si la zona en cuestión se trata de una extremidad, elévala y aplica una gasa esterilizada o paño limpio y comprime durante cinco minutos para parar la hemorragia. Si la herida deja de sangrar, entonces véndala. Si la cosa no para, aplica otra gasa encima y, como Popeye, comprime con más fuerza.
En caso de contusiones debemos invocar la película de Frozen y aplicar frío localmente mediante compresas, bolsas de hielo o cubos. Ahora debemos tener mucho ojo y no usar hielo directamente sobre la piel, porque se puede producir quemaduras por frío.
Para casos de quemaduras
Estamos en invierno y clásico que se nos de vuelta la sopita o el té mientras tratamos de zafarnos “del fresco”. En caso de que se produzca una quemadura, lo principal es atender al accidentado con las manos higienizadas, después, limpiar la herida en lo posible con suero y dejar correr agua fría (no helada) sobre la zona afectada. Luego, hay que aplicar desinfectante en los bordes de la herida y cubrir la zona con gasa estéril.
Para casos de atragantamiento
Una de las formas de ayudar a una víctima de un atragantamiento es la maniobra de Heimlich. Para ejecutarla, sitúate detrás de la víctima, rodeándola con tus brazos, con las manos cruzadas sobre su ombligo, pero debajo de su esternón. Se debe empujar con fuerza hacia arriba para expeler aire desde los pulmones, repitiendo el ejercicio hasta tener éxito y liberar a “Willy”.
Si falla la cuchara
¡Acá el tiempo es oro! Si durante 10 segundos la persona no responde y no tiene pulso, hay que comenzar la reanimación cardiopulmonar (RCP). Si no tienes sospechas de una lesión en la columna o cuello, voltea cuidadosamente al accidentado sobre su espalda y despeja sus vías respiratorias.
Si no “cachai” cómo hacerlo, te explicamos. El RCP con las manos consiste en realizar compresiones ininterrumpidas en el pecho, entre 100 y 120 por minuto. Se debe hundir la mano en el pecho por lo menos 5 cm o un tercio del diámetro anteroposterior del tórax, hasta que llegue personal de rescate.
“Ojo piojo”, el RCP puede mantener la circulación de sangre oxigenada hacia el cerebro y otros órganos hasta que un tratamiento médico de emergencia pueda restablecer el ritmo cardíaco normal.