Mutual de Seguridad, junto a La Cuarta, te ponen ojo piojo con el tema y te entregan las 7 claves para calefaccionar tu hogar con seguridad.
Las bajas temperaturas ya son parte del panorama habitual de los informes meteorológicos, sobre todo después de las lluvias y sin duda las estufas -ya sean eléctricas, a gas o a parafina-, son las reinas de esta temporada. Sin embargo, su incorrecto uso o manipulación pueden provocar una serie de complicaciones, desde intoxicaciones hasta incendios. Por eso, Mutual de Seguridad junto a La Cuarta, te ponen ojo piojo con el tema y te entregan las 7 claves para calefaccionar tu hogar con seguridad.
Si vas a calefaccionar, que nunca se te olvide ventilar
¡Grábatelo en la frente porque es la regla básica para los que usamos alguna calefacción! Siempre debes preocuparte de ventilar tu hogar, así evitarás problemas como el temible dióxido de carbono y cuidarás tu salud al oxigenar el aire y reducir el polvo que está en circulación. La mejor forma de ventilar es hacerlo cuando se presente la temperatura ambiente más alta durante el día (generalmente es al medio día) o en el momento donde haya mayor presencia de sol. Recuerda que es importante ventilar las habitaciones en la mañana por alrededor de 30 minutos, así, eliminarás la humedad producida en la noche por la respiración.
Ojo con las estufas a parafina
No podemos negar que la estufa a parafina es por excelencia la reina del invierno, sin embargo, como todo elemento de combustión, debes mantener el máximo de cuidado al manipularla. Pon ojo y siempre que la enciendas o apagues, debes hacerlo al aire libre, ya sea en un jardín, patio, terraza o balcón. Otra cosa importante es que su uso se reduzca a espacios amplios y con buena ventilación, ya que esto evita una concentración de monóxido de carbono en el ambiente, lo que puede terminar siendo muy tóxico para tu salud. Es recomendable no mantenerla encendida por más de dos horas seguidas.
No te descuides con la magia de los calefactores eléctricos
Sí, los calefactores eléctricos son una bendición, porque son prácticos y fáciles de usar, sin embargo, como todo aparato que requiere electricidad para su uso, debes verificar que el enchufe en el que se conectará está en buen estado y que no esté sobrecargado. Adicionalmente, si quieres comparte una de estas maravillas, te recomendamos que cuente con termostato, lo que permitirá que se apague automáticamente cuando el ambiente haya alcanzado una temperatura primaveral. Otro punto que debes estar “ojo piojo” es que las estufas eléctricas pueden resultar peligrosas en espacios con humedad en el ambiente, como cocinas o baños. La idea es estar calentito, pero sin electrocutarse.
Mantén vigilada de cerca las estufas a gas
Al igual que a las que funcionan con parafina, estas estufas hay que tenerlas cortitas y ser catete a la hora se activarlas. Para eso, lo primero que debes hacer es revisar que la conexión, su válvulas y mangueras esté en correcto estado. Fíjate en el color de la llama y si detectas cualquier anormalidad, lo mejor es revisarla con un técnico autorizado. Ojo: si percibe olor a gas, detén su uso inmediatamente, mira que con una chispa se puede desencadenar una tragedia.
Conoce otras formas de calefaccionar tu hogar
Sabías que cerca del 25% del calor de nuestra casita se va a través de rendijas, aberturas o diferentes filtraciones. ¿interesante? Pues sí, ya que probablemente tu hogar pierda calorcito en esta época del año sin que te des cuenta. Por eso, es ideal que revises todos los puntos de fuga, como los marcos de puerta o ventanas; es ideal que los revises y en lo posible los selles con cintas adhesivas, silicona o sellos de aislamiento que venden en ferreterías.
6. La calefacción va de la mano con la ropa que usas
Recuerda que mantener tu hogar calentito es igual de importante que la ropa que usas para mantener tu temperatura corporal. En momentos cercanos al invierno y con las bajas temperaturas es ideal que la primera capa de ropa sea de algodón, ya que es una tela apropiada para mantener el calor corporal y, además, puede absorber la transpiración y permitir la ventilación. Luego, puedes vestirte con prendas de nylon, lana o polar, materiales térmicos que conservan el calor de una manera eficiente en nuestro cuerpo. Así, no le dejarás toda la pega a la pobre estufita.
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