¡Rendido a tus pies! Domina estos 5 trucos para enloquecer a quien tú quieras

Foto referencial Getty Images
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Descubre cómo la psicología inversa puede ser clave en la conquista gracias a algunas estrategias para influir sutilmente en quien deseas.

En algunas ocasiones, la comunicación directa no es 100% efectiva, por lo que saber usar la psicología inversa puede ser útil como táctica para conquistar a quien tú desees.

Para los expertos en esta área, la psicología inversa implica decir o hacer lo opuesto a lo que se desea lograr para influir en la persona que te interesa.

Aunque suene confuso, esta estrategia puede llevar a la otra persona a actuar en la dirección que estás buscando, aprovechando la tendencia humana a hacer lo contrario de lo que se solicita. Esta técnica se convierte así en una herramienta poderosa de persuasión.

TIPS DE PSICOLOGÍA INVERSA

Según explican en Psicología Online, en una relación de pareja o durante el proceso de conquista, existen algunas técnicas de psicología inversa que pueden funcionar:

Demostrar desinterés

Ignorar algo puede despertar el interés de la otra persona. Por ejemplo, si sueles ser quien propone planes, prueba a dejar que sea la otra persona quien tome la iniciativa. Este simple ajuste puede hacer que sienta la necesidad de esforzarse más para mantener la relación.

Halagos sutiles

En vez de solicitar directamente a tu pareja que actúe de cierta manera, puedes elogiarla para motivarla a hacerlo. Por ejemplo, si deseas que sea más atenta, podrías decir algo como: “Me encanta cuando tomas la iniciativa y planeamos nuevas actividades juntos”.

Desafíos

Las pequeñas provocaciones pueden captar el interés de algunas personas. Si tu pareja es competitiva y quieres que se involucre más en tus intereses, podrías decir algo como: “No creo que te diviertas tanto como yo haciendo esto”. Este tipo de comentarios puede animar a la otra persona a probar la actividad y quizás disfrutarla.

Rendirse

En una discusión, es común que uno de los involucrados asuma el papel de perdedor. Esto puede llevar a la otra persona a bajar sus defensas y darse cuenta de que su objetivo no era solo ganar la discusión, sino que tal vez estaba siendo demasiado injusta.

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