La compañía le había ganado a Amazon la carrera para crear una nueva infraestructura informática en la nube.
En octubre de 2019 se informó, con bombos y platillos, que Microsoft le había ganado a Amazon la carrera por JEDI, un lucrativo contrato por $10 mil millones de dólares con el Pentágono.
A grandes rasgos, JEDI (Joint Enterprise Defense Infrastructure Cloud) sería una infraestructura en la nube asociada a la modernización del aparato informático de la defensa de Estados Unidos.
Dicho acuerdo entre Microsoft y el Pentágono se iba a extender por una década, pero en el camino hubo alegatos, amenazas de investigaciones y dardos lanzados directamente contra una supuesta intervención realizada por la administración de Donald Trump.
Por eso ahora, tras varias advertencias, el Departamento de Estado anunció que ya no concretará el trato. El JEDI cayó como si se hubiese enfrentado a un Sith.
La caída de JEDI
En enero pasado, el Pentágono había generado una advertencia: se saldría del contrato si una corte federal iniciaba una investigación para determinar si Donald Trump interfirió directamente en el proceso en desmedro de Amazon (A raíz de los problemas del exmandatario con Jeff Bezos).
Un largo proceso en las cortes, explicaba el Departamento de Defensa, provocaría un retraso inviable para esta infraestructura que necesitaba levantarse con prontitud.
Pero la amenaza finalmente se concretó ahora, bajo el argumento de que JEDI ya no alcanzaría las necesidades. Según oficiales del Pentágono, las discusiones tomarían tanto tiempo, que JEDI terminaría quedando completamente anticuada una vez que pudiese desplegarse.
En medio de esa polémica, las autoridades de Defensa de Estados Unidos aseguraron que en un futuro aceptarán propuestas tanto de Amazon como de Microsoft para futuros contratos de infraestructuras computacionales en la nube.