La Cuarta y Mutual de Seguridad te ayudan a enfrentar estos últimos meses del año de la mejor manera, evitando caer en el estrés o en situación de colapso mental.
Poco a poco nos acercamos a fin de año y nuestras pilas ya comienzan a agotarse. Pero ¡Tranquilo papá! Por si no lo sabías, este lunes 10 se conmemora el día mundial de la Salud Mental, así que, ¿qué mejor forma que evocar el bienestar psicológico, con un día para descansar el “mate”?
Según los capos de la OMS, la Salud Mental se define como “un estado de bienestar bajo el cual cada persona puede trabajar, desarrollarse y afrontar las tensiones en su vida adecuadamente”. Se calcula que el 15% de los adultos en edad de trabajar tiene un problema de salud mental en algún momento. Una cifra que como mutualines, nos preocupa y que cobra especial sentido cuando hablamos de pega. Por lo mismo te queremos ayudar con ciertos hábitos y conductas que, como trabajadores, podemos aplicar para hacer frente al estrés que nos puede provocar el trabajo diario.
- Piensa positivo y elimina de tu mente la negatividad: ¡Auumm!
- No te exijas demasiado, como humanos no podemos abarcarlo todo. Organízate y elabora un plan de acciones que puedas abordar.
- El fracaso es parte de la vida y clave para el aprendizaje, no te bajonees: “Echa pa’ lante”.
- Sé realista y ponte metas alcanzables.
- Felicítate y celebra tus aciertos como si fuera un gol de tu equipo favorito, siempre hay un lado bueno.
- “Take It Easy”, haz pausas y calma tu mente en la jornada laboral, no todo es pega.
- La clave del éxito es la comunicación, preocúpate de practicarla con tus compañeros de trabajo.
En el caso de que sintamos que la situación no da para más, te aconsejamos consultar con un profesional para que te pueda dar una manito. Atenti a alguno de estos signos de alerta:
- Sentirse constantemente desesperanzado, vulnerable o indefenso.
- Aislarse de los demás y presentar dificultades en la comunicación.
- Perder el control de las emociones y/o pensamientos, siendo superado por el mundo exterior.
- Percibirse desganado y desinteresado a lo largo del tiempo.
- Presentar de manera prolongada trastornos de sueño como insomnio o dormir demasiado.
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