Crónica
La Cuarta Dimensión: Los espectros del Hospital San José (Parte II)
Dentro de los enigmas que oculta el recinto, destacan los fantasmas de dos monjas que se reúnen a fumar cerca de su capilla.
Dentro de los enigmas que oculta el recinto, destacan los fantasmas de dos monjas que se reúnen a fumar cerca de su capilla.
Pese a que hace 20 años pasó a ser un centro cultural, el recinto mantiene una fuerte carga espiritual que sigue generando sucesos paranormales en sus pasillos.
Año a año, los fieles llegan a brindar tributo a la patrona del desierto, cuya imagen eligió quedarse en la zona por voluntad propia.
Perdida en el límite sur de la Región Metropolitana, esta tierra huasa fue profanada por los españoles, lo que desató la furia de los indígenas del lugar. Ayudados por almas en pena y el diablo, los afectados intentaron hacer justicia.
En Talcahuano todos quienes querían encontrar a Lucifer, sabían donde hallarlo. Cerca de la bahía de San Vicente, el demonio se aparecía para marcar presencia en los terrenos de la Quinta Santa Leonor, un sector donde todos le temían.
A 3.700 metros sobre el nivel del mar, en la Región de Arica y Parinacota, se encuentra la laguna roja, misteriosa fuente de agua de color escarlata donde, según cuenta la leyenda, habita el mismísimo demonio.
El Palacio Mujica, en las esquinas de Av. Grecia, San Eugenio y Matta, cargó durante un siglo con una historia de hechos paranormales. En 2005 fue consumido por un inexplicable incendio.
En el santuario de Lo Gallardo, cercano a San Antonio, una imagen de yeso de la Virgen de Lourdes llora lágrimas de sangre. Mientras algunos lo ven como el augurio de desgracias, los fieles se encomiendan para pedir milagros y favores.
Se trata de una presencia que vestida de traje, se aparece durante las noches, antes de que las personas concilien el sueño. Algunos piensan que es un demonio en busca de un cuerpo para poseer.
En las noches, el mueble sale en Parinacota para anunciar la muerte de alguno de sus habitantes. Para tener a raya sus andanzas, unas cuerdas lo mantienen restringido fuertemente al interior de una iglesia.
Bartolo no tenía nada. Sin dinero, bienes ni esperanza, quiso hacer un contrato con Lucifer, sin pensar que dejaría pagando al maligno hasta el día de hoy.
La casona, que alberga el municipio, ha sido cuna por décadas de relatos sobre ruidos y hechos inexplicables. Y de un particular fantasma.
En medio de anuncios del fin del mundo, en 1999 los habitantes de esta ciudad de La Araucanía fueron testigos de un extraño e inexplicable fenómeno, que sigue grabado a fuego en el subconsciente de la comunidad.
Una noche de música en el teatro terminó de la peor manera. Un incendio acabó con toda su estructura y la vida de un corajudo bombero que aún transita por los pasillos del recinto.
Dos meretrices embellecían Copiapó con sus finas siluetas y andar despampanante. Juntas entregaban amor a los hombres de la ciudad. Pero trágicos asesinatos prolongaron su unión más allá de lo terrenal.
Fue un barrio que se forjó con sufrimiento y trabajo. Entre la maestranza y el estadio, la comunidad fortaleció su vínculo, pero la mala fortuna siempre terminó pasando la cuenta en el sector, que hoy vive recordando días mejores.
Comenzó siendo un recinto para enfermos de tuberculosis, luego se convirtió en un manicomio y finalmente en un hogar de menores. En sus más de 100 años de historia, el edificio maulino ha sido protagonista de inexplicables sucesos.