El Joker de Joaquin Phoenix regresa en esta secuela de Todd Phillips que no es una continuación tradicional. Mientras revisa la fragilidad mental de Arthur Fleck y el papel que en ello juega Harley Quinn, la película opta por un enfoque introspectivo que desafía las expectativas de lo que generalmente son las producciones basadas en cómics de superhéroes. Y aunque no logra el impacto de la primera entrega, su análisis del payaso resulta en un complemento disruptivo, pero que algunos fans podrían no esperar ni valorar.