Un monje budista fue pisoteado hasta la muerte por una manada de elefantes salvajes en un retiro espiritual, después de negarse a mover su tienda para no perturbar su meditación.
La mujer llevó al perrito en brazos durante toda la carrera y su acto se llevó las aplausos de todos.
La verdadera forma utilizada para sacar a los niños de la cueva era mucho más compleja, pues se trataba de un tipo de rescate que nunca se había intentado antes. Así que optaron por engañar a los padres y al mundo entero para no disparar las alarmas.
"Mi familia amenaza con matarme por las cosas más triviales. Me consideran su propiedad o su esclava. Estoy oprimida", explicó la desesperada joven, quien buscó asilo en Tailandia y quiere renunciar al islam.
El hombre aseguró que cartereaba a los turistas para satisfacer su vicio al juego.
