Está entre dos amores y la plata
Tengo que decidirme con urgencia frente a dos mujeres que me tienen enamorado.
Tengo que decidirme con urgencia frente a dos mujeres que me tienen enamorado.
Estoy muy preocupada, porque parece que estoy embarazada. Tengo 29 años y pololeo hace cuatro. El problema es que mi papá odia a mi pareja y, de seguro, me va a echar de la casa si se entera de que espero un hijo.
Yo sé que me estoy metiendo en las patas de los caballos, pero doc, salí tan califa que me joteó hasta a las plantas. Mi drama partió hace dos semanas, cuando fui al cumpleaños de mi mejor amigo y me tomé hasta las molestias.
Esto de la inmigración me tiene dando botes. Resulta que hace años que era el pulento y bakán. Las tenía locas a todas, pero ahora que nos llenamos de extranjeros, no le apunto a nada.
Me estoy desordenando hace dos meses con una venezolana que me tiene loco. La conocí en una tienda de camisas y después de probarme como tres prendas logré que me diera su teléfono.
En una junta de ex compañeros de curso de nuestro liceo vimos un desfile de viejitos y viejitas muy maltratados por la vida, aunque en materia de plata ninguno flaquea.
Me dieron los turururus y largué todo de una buena vez por mi esposa, aunque ahora estoy con síntomas de deprivación. Pasa que estuve en una relación de tres años con dos diosas, ambas casadas, pero muy liberales.
Si no le logro quitar el control remoto a mi señora creo que me voy a separar. Por eso, le escribo estas líneas desesperadas, porque sé que su palabra da vida y confío en usted, señor.
Definitivamente, me enamoré de una mujer extraordinaria. Es trabajadora, linda, inteligente. La conocí en el Metro y después de unas estaciones nos pusimos a conversar.
No sé cómo enfrentar la situación de mi hijo. Tiene 19 años y le juro que cada dos días lo escucho cómo disfruta del sexo en su pieza.
Me caí al trago y nunca había bebido. Unas amigas me invitaron a un pub, y aprovechando de que mi pololo me pateó pasé las penas con un copete.
Ya van seis meses de dieta obligada de amor con mi pareja de cama. El muy tontito hizo una promesa a un santo para que le vaya muy bien en el negocio de repuestos que tiene con su esposa.
Lo que le voy a contar no tiene nada que ver con infidelidad ni alcohol ni apuestas de parte mía. Fue sólo un episodio y sucedió hace una semana con mi señora.
Necesito que me aconseje. Nunca me había pasado algo similar. Fui a comprar un helado en una plaza y estaba con mi esposa. Mientras ella se quedaba con mis hijos partí a un quiosco y me atendió una mujer muy guapa con lentes oscuros.
Todos los días mi marido me va a dejar al trabajo de puro celoso. Cree que estoy saliendo con un compañero y yo no he hecho nada. Sólo voy a almorzar, me río con él porque es muy simpático y el día de su cumpleaños le regalé un par de calzoncillos.
Mi virginidad se la debo en gran parte a la mala suerte y, sobre todo, a la fama de yeta que me han hecho. Soy tan quemado, que ya no me invitan a ninguna parte, porque si voy fijo que algo pasa.
Aunque no lo crea aún soy de esas personas que voy a tomar sol en las piscinas públicas. Pese a que se terminó la temporada, me quedé con un problema, porque a mediados de febrero se me ocurrió hacerme la linda con un salvavidas.
Fui a matricular a mi hijo a última hora en un colegio la semana pasada y la mujer que me atendió me dejó loco. Nunca pensé que me iba a decir que yo era guapo, que era simpático y que al final me preguntara si estaba casado.
Dicen que los caballeros no tienen memoria, pero tienen teléfonos inteligentes y eso es lo que me preocupa.
Mi mujer estaba enamorada del Nick Carter de toda la vida. De hecho, cuando la conocí ya sabía que el "caeza de pichí" era su amor platónico, y las primeras veces que lo hicimos debe haber estado pensando en él.