Nataly Estay (30) hace 10 años atrás no sabía nada de construcción, pero su madre, quien ya era maestra, bajó a jornalera para iniciarla en el rubro.
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Corría el año 2012 y Nataly Estay, de entonces 21 años de edad, no encontraba su propósito en la vida. Después de pasar por varios trabajos -entre ellos la de reponedora de supermercado, garzona y promotora- esta joven puentealtina, oriunda de Bajos de Mena, se sentía disconforme con su sueldo.
Por esa razón, y después de mucho pensarlo, se atrevió a hablar con su madre, Irene, quien ya era maestra de la construcción. ¿Su propósito? Entrar como jornal e iniciarse en el rubro.
"Yo aprendí de ella porque me enseñó la base que es ser jornal. Porque si no eres jornal no entiendes después el proceso. Ella empezó a los 24 años y ahora tiene 50. Mi madre bajó de ser maestra a jornal para enseñarme el trabajo. Ahora las dos somos maestras", cuenta.
En esa misma línea, Nataly describió sus comienzos cuando se desempeñaba en la esforzada labor de jornalera. "Yo empecé en el aseo grueso, no en terminaciones. La pega es más pesada, uno trabaja de igual a igual con un hombre. Tenemos que cargar escombros, cerámicas, sacos de yeso, etc. Era demasiado sacrificado", recuerda.
Pero Nataly, lejos de conformarse, fue por más. Su sueño siempre fue seguir escalando y ganar experiencia. Así fue como después de tres años habló con una asistenta social por intermedio de la Cámara de la Construcción para convertirse en maestra, al igual que su madre.
Se capacitó, estudió, leyó teoría y ejerció la práctica. El tiempo le dio la razón y ahora es maestra carpintera en obra gruesa y terminaciones.
Mayor independencia
Todo un logro que la ha llevado a independizarse y hacer sus propios trabajos. "Lo que he aprendido me va a servir para toda la vida y no depender de nadie. Si quiero cambiar el piso de mi casa voy y lo hago. Eso me da tranquilidad", señala.
Pero como ha sido su historia de vida, esta mujer de ahora ya 30 años, quiere seguir estudiando y ganando conocimientos. "Me gustaría aprender ahora la electricidad y la gasfitería. Eso me serviría después para poder desempeñarme en otras partes, como hacer 'pololitos' y así ganar más lucas también", afirma.
Pero su esfuerzo y capacidad de escalar tiene sus motivos, y Nataly reconoce a su madre. Vio el sacrificio que hizo por ella y ahora la recompensa. "Siempre me dijo desde chiquitita, 'hija, querer es poder y tú puedes", y aquí estoy, no me conformo con poco y quiero seguir aprendiendo, finalizó.