Los especialistas las describen como efectivas y realizables en prácticamente cualquier lugar. Asimismo, no requieren el uso de implementos adicionales.
La necesidad de cumplir con las responsabilidades que se presentan a lo largo de la rutina puede intensificar los signos de estrés.
Si bien, este último es necesario, también puede convertirse en un problema cuando se mantiene de forma permanente.
Aquello puede afectar tanto a tu salud física como mental, por lo que es necesario tomar ciertos resguardos para controlarlo.
Pese a que siempre es recomendable visitar a un especialista para abordar cada caso particular y las mejores formas de abordarlo, recientemente los expertos de la Clínica Mayo compartieron una serie de técnicas de relajación que pueden serte útiles.
Y lo mejor de todo, es que las describen como sencillas, efectivas y realizables en casi cualquier lugar, según afirmaron en un comunicado compartido a Infobae.
Entre los múltiples beneficios que prometen están: reducir la presión arterial, disminuir la frecuencia cardíaca, mejorar la digestión, reducir la tensión muscular, potenciar el estado de ánimo, mejorar la calidad de sueño y disminuir la fatiga.
No obstante, los especialistas hicieron hincapié en que estas técnicas podrían ser más (o menos) efectivas dependiendo de cada persona, por lo que sugirieron practicarlas para que veas cuál te funciona mejor.
Junto con ello, advirtieron que las personas con problemas de salud mental graves y antecedentes de abuso podrían “tener sentimientos de incomodidad emocional con algunas técnicas de relajación”.
A pesar de que esto último es poco común, enfatizaron que si sientes incomodidad emocional es mejor que dejes de hacerlas.
Tal como se menciona más arriba, puedes consultar con un médico o terapeuta para elaborar un plan que se ajuste mejor a tu caso.
A continuación encontrarás las tres técnicas que enumeraron.
1. Relajación autógena
Dicha palabra hace referencia a “lo que viene del interior de uno mismo”, mientras que el método involucra estrategias como la visualización dirigida y la consciencia corporal.
Según explicaron, “se trata de repetir palabras o sugestiones en tu mente que te ayuden a relajarte y reducir la tensión muscular”.
“Por ejemplo, puedes imaginar un ambiente tranquilo. Luego puedes centrarte en relajar tu respiración, desacelerar el ritmo cardíaco, o sentir las diferentes sensaciones físicas, como relajar de a uno cada brazo o pierna”, dijeron desde la Clínica Mayo.
2. Relajación muscular progresiva
Para poner en práctica está técnica “debes centrarte en contraer suavemente y luego relajar cada grupo muscular”.
Aquello contribuirá a que tu atención se dirija hacia la diferencia entre la contracción y la relajación, por lo que “podrás ser más consciente de las sensaciones físicas”.
Más en específico, sugirieron probar con “contraer y relajar los músculos de los dedos de los pies y progresivamente ir subiendo hasta el cuello y la cabeza”.
El orden de lo anterior también puede iniciar en la cabeza, lo importante es que contraigas los músculos por aproximadamente 5 segundos, para luego relajarlos durante 30 y después volver a repetir el proceso.
3. Visualización
Acá se pueden “visualizar imágenes mentales que te trasladen a un lugar o situación tranquila y relajante”, explicaron los expertos del citado centro médico.
“Intenta incluir todos los sentidos que puedas, como el olfato, la visión, el sonido y el tacto. Si has imaginado el océano para relajarte, por ejemplo, piensa en el olor del agua salada, el sonido de las olas al romper y el calor del sol en tu cuerpo”.
Para ponerlo en práctica, recomendaron que te sientes en un espacio tranquilo, cierres los ojos y te concentres en tu respiración y en el presente, además de evocar pensamientos positivos.
Es ideal que puedas hacer esto con ropa holgada. Sin embargo, en caso de que estés con prendas ajustadas, puedes aflojarlas por el momento en que estés efectuando la técnica.
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