La princesa de Gales falleció el 31 de agosto de 1997, en un accidente que sigue generando dudas hasta el día de hoy.
Este 31 de agosto se cumplen 27 años de la muerte de Diana de Gales, un momento que detuvo al mundo por un instante. Lady Di falleció siendo la mujer más famosa del mundo y la más perseguida por la prensa, además de uno de los personajes más queridos en el planeta.
La tragedia ocurrió en 1997, mientras muchos se encontraban de vacaciones, incluyendo sus hijos William y Harry, que tras pasar un par de semanas con ella en Saint-Tropez, regresaron a Balmoral con la familia real.
Diana, en tanto, aceptó la invitación de su rumoreado novio Dodi Al-Fayed a quedarse unos días más en su yate, que sin saber serían los últimos de sus vidas.
Un viaje eterno
La historia asegura que Lady Di quería viajar de inmediato de vuelta a Londres, donde se reuniría al día siguiente con sus hijos, sin embargo, Dodi la habría convencido de hacer una breve parada en París.
La pareja llegó cerca de las 16:00 horas a la ciudad, y pasaron al hotel del padre de Al-Fayed, el Ritz. Allí separaron sus caminos por unos instantes, ya que mientras ella asistía a ver un estilista, él se dirigió a buscar un anillo que había encargado especialmente a una joyería cerca del lugar.
Terminada su cita de belleza, Diana decidió llamar a sus hijos a Escocia, la que sería la última vez que oirían su voz.
Los chicos, de entonces 12 y 15 años, no prestaron mayor atención al llamado de su madre, pues querían seguir jugando con sus primos. Años más tarde reconocieron que ese era su principal arrepentimiento.
Cuando Dodi y Diana se reencontraron, decidieron partir al departamento que tenía Al- Fayed en París, para cambiarse de ropa y desde ahí partir a un restaurante para cenar, pero la excesiva presencia de la prensa, los hizo cambiar de opinión.
Fue así como optaron por un plan B, volver al hotel y cenar allí. Debido a la atención que acaparaban, decidieron cenar en una suite, pero Dodi estaba decidido a volver a su departamento, según se rumorea, porque quería pedirle matrimonio a Diana.
El plan que no funcionó
Consciente de la presencia de paparazzis en la entrada del hotel, el jefe de seguridad del hotel, Henri Paul, aconsejó que salieran por la puerta trasera del hotel.
En tanto, para distraer a la prensa, enviaron el auto y chófer de Dodi por la puerta principal, mientras ellos se irían junto a Paul y al guardaespaldas del empresario, Trevor Rees-Jones, por atrás. Sin embargo, el plan tampoco funcionó pues allí también había fotógrafos.
Pasada la medianoche, el auto de la pareja comenzó su marcha, seguido de cerca por los paparazzi que no perdían su pista. A eso de las 00:20 horas, del 31 de agosto de 1997, cruzaron el túnel Pont de l’Alma, segundos después el vehículo se estrelló contra un pilar de concreto.
Paul y Dodi murieron en el lugar, sin embargo, Diana y el guardaespaldas terminaron muy mal heridos.
Testigos aseguraron después que la princesa permaneció consciente y que incluso uno de los paparazzi intentó ayudarla, tratando de sacarla del auto. No obstante, sus pies permanecían atrapados, por lo que decidió esperar a llegada de los servicios de urgencia.
Muchos de los fotógrafos, en cambio, optaron por seguir tomando fotos de la dantesca escena que estaban viviendo.
Frédéric Maillez, un médico que pasaba por el túnel decidió detenerse a ayudar y logró mantener consciente a Diana durante los siguientes 15 minutos en los que llegaba la ambulancia, que luego la trasladó al hospital Pitié-Salpêtrière.
El viaje estuvo lleno de inconvenientes y decisiones que hasta el día de hoy no se logran explicar. Por ejemplo, no solo no llevaron a Diana al hospital más cercano, sino que también se detuvieron durante varios minutos a metros del centro asistencial.
En el hospital se comprobó que Lady Di tenía graves heridas internas y que se encontraba en riesgo vital. Debido a esto fue operada de urgencia y pese a los esfuerzos, los médicos no pudieron revivirla.
De esta forma, la princesa Diana, de 36 años, falleció ante el impacto del mundo entero.