Califas recordaron con pena el cierre del mítico Tía Olga en Conce

Foto: referencial
Foto: referencial

En 2012, hace exactamente una década, el caserón de calle Ongolmo en la ciudad penquista fue puesto a la venta. Pero no solo eso: terminó con más de 65 años de tradición.

Un candado de este porte apareció a fines de febrero de 2012 en el viejo portón de Ongolmo 1153, donde funcionó desde tiempos inmemoriales el más famoso burdel de Concepción: el regentado por la Tía Olga.

Con luto fue recordado esta semana el cierre del local, donde por más de 65 años se saciaron las pasiones caníbales de miles de califas.

Un tuitero compartió una añosa boleta trucha del Tía Olga, lo que disparó los recuerdos de sus fieles parroquianos y otros incautos ciberociosos que cayeron en el engaño, revelando algunos de sus secretos patrimoniales:

Incluso, hubo uno que hasta calculó el precio actual de la promo:

Por cierto, este es el recibo original:

Tía Olga

¿Por qué cerró el Tía Olga de Conce?

Hace una década exactamente el caserón del Tía Olga salió a la venta.

La corredora de propiedades pidió una postura mínima de 300 millones de pesos: una fortuna al lado de las escasas luquitas que costaba llenar una ponchera y darle lechecita al gato, como prueba la boleta del tuitero.

Por supuesto, la famosa Tía Olga Valdivia no tuvo nunca la más mínima idea de que el boliche estaba próximo a desaparecer, por cuanto murió a los 95 años el 6 de octubre de 2010.

Según contaron los vecinos al diario pop, el Alzheimer y la depresión la tuvieron postrada hasta que se la llevó el Señor.

Tía Olga

En ese entonces y entre tantas malas noticias por el terremoto, los parroquianos recordaron que aún hacían patria el épico Portón Verde, también en Conce, y la casa de la Tía Yola, en Talcahuano, pero ambos lupanares también bajaron sus cortinas.

En la última década la fallecida hija de la Tía Olga y su nieta intentaron tirar pa’ arriba el boliche, pero los problemas económicos y administrativos terminaron por funar el lenocinio más famoso de Chile.

Dos conocedores de la tradición

“Conocí a la Tía Olga hace muchos años, cuando llegué a vivir acá, al frente de ella. Gracias al Tía Olga este era un barrio tranquilo porque la gente que se atendía era exclusiva. Pero en estas dos semanas aparecieron los ladrones y los vendedores de drogas”, contó Violeta Comeña por esos días a La Cuarta.

La abuela recordó que fue la costurera oficial de las doncellas que sufrían por el ajetreo de sus ropas durante los cacheteos: “yo se las arreglaba con mi máquina”, comentó la dulce mamita.

“En los años 60 y 70 fue la mejor época del Tía Olga. Yo llegué por medio de unos conocidos a atender como garzona. La Olga era muy buena con todos”, relató la mujer.

Entre los fieles clientes de la Tía Olga figuraban entonces los humoristas Dino Gordillo y Hermógenes con H.

“Hay varios a quienes se nos quedó alguna polola adentro”, dijo Hermógenes. “La Tía Olga es una tradición de Conce. Ahí se hicieron muchos negocios. Tengo muy lindos recuerdos”.

Dino Gordillo, entre tanto, dijo que “fue un local de muy buen nivel y de ambiente familiar. La última visita que hice fue como hace un año”.

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