Cinco razones para ver Dune en el cine

Al fin llegó la hora de ver está película como corresponde y aquí te contamos por qué hay que apreciarla en pantalla grande

Este jueves finalmente se estrenó Dune, la esperada adaptación de la clásica novela de ciencia ficción escrita por Frank Herbert. 

Tras años de espera, no solo por las condiciones de la pandemia, la película finalmente representa una opción contemporánea que utiliza todas las bondades tecnológicas para adaptar una obra que ya tuvo una vilipendiada versión ochentera a cargo de David Lynch.

¿Pero vale la pena? ¿Está a la altura del desafío? ¿Es mejor ver otras opciones?

A continuación abordamos cinco razones para ir al cine

Es una excelente adaptación

Siempre se ha dicho que Dune nunca sería bien adaptada a la pantalla grande. Que su narrativa es propia de una novela o que su mundo solo puede construirse en la mente de un lector.

Pero esta nueva película no solo tiene todo el presupuesto necesario para crear una atractiva versión con llamativos diseños, pues también remarca su visión autoral para trasladar las palabras del texto de Frank Hervert a la maestría audiovisual que caracteriza al director Denis Villeneuve.

Dicha visión es muy fiel a la obra original, incluyendo los elementos temáticos socio-políticos de Dune, pero también realiza pequeños cambios que son funcionales para la propia adaptación. Estos últimos no son modificaciones tan grandes como las realizados en las películas del Señor de los Anillos, pero son igual de funcionales. Y ese tipo de cosas caracterizan a las buenas adaptaciones que no son un mero calco que no aportan nada.

Es una gran historia, aunque solo sea una primera parte

Si no han leído la novela, y no tienen idea si es una buena adaptación, solo tienen que tener claro que Dune es uno de los mayores clásicos de la ciencia ficción. No solo fue la primera ganadora del prestigioso Premio Nebula, además ha influido en muchas obras posteriores. Obviamente Star Wars es una de ellas.

Pero la gracia de Dune es que una historia apasionante que al día de hoy sigue sintiéndose única. Parte de ello se debe a que está situada en un futuro en el que la humanidad se ha expandido a través del cosmos y, tras deshacerse de las máquinas, utiliza una especia llamada Melange para realizar viajes interestelares. Claro que el valor de ese elemento también radica en el hecho de que es una droga que puede extender la vida. Y por eso todos tienen sus ojos en Arrakis, un desértico planeta que es la única fuente natural de ese codiciado producto.

En el camino está la historia de un elegido, que influyó en todo lo que posteriormente se ha hecho en ese terreno, junto a conflictos de castas altas de llamativos subtextos y un conflicto que involucra a un grupo de guerreros que cuenta con paralelos a problemáticas de tierras ancestrales que siguen marcando a nuestra sociedad.

A la larga, es la riqueza de todo eso lo que convierte a esta en una experiencia bastante única, que "ya se ha visto en el pasado", pero no de esta forma. Porque todos le copiaron a Dune, pero nunca la lograron igualar.

Su componente visual es despampanante

Además de su historia, Dune destaca sin lugar a dudas por lo cuidado de su presentación. Los diseños son espectaculares, desde el vestuario y sets hasta los vehículos y criaturas que se hacen presentes. Aunque aún falta mucho, desde ya esta es una seria candidata en todas las categorías técnicas de la próxima edición de los Premios Oscar.

En paralelo, la propia narrativa se fusiona de forma cautivante con las imágenes creadas por el equipo comandado por Villeneuve. Hay breves escenas de acción que alcanzan dimensiones colosales debido al tamaño de las naves involucrados, secuencias de combate cuerpo a cuerpo que se elevan por la propia mitología agregada en el camino y, por ultimo, todo lo que involucra a los gusanos gigantes es excepcional.

Es decir, son cosas que todos los fans de Dune siempre soñaron ver realizado con las nuevas tecnologías, pero eso es realizado aquí en un nivel superlativo debido a la participación de un director como el responsable de Blade Runner 2049.

El elenco de estrellas no está solo por nombre

Las superproducciones generalmente incluyen a actores reconocidos en todo el mundo, pero es muy habitual constatar que no eran las mejores elecciones para los roles. En el caso de Dune, hay un elenco llamativo, pero todos hacen un excelente trabajo en los roles que les competen.

Timothée Chalamet esta muy bien como Paul Atreides, pero sin duda alguna lo más destacado está en los roles secundarios. Rebecca Ferguson brilla como Lady Jessica, la madre de Paul, y el par de villanos de la casa Harkonen, interpretados por Stellan Skarsgard y Dave Bautista, son avasalladores pese a que su participación es bastante acotada en esta primera parte. Y sí, Jason Momoa se roba cada momento en el que aparece en el rol del mejor combatiente de la galaxia, Duncan Idaho.

Realmente hay que verla en una pantalla grande

Dune no es una película para ver en un televisor. No solo porque el trabajo cinematográfico dirigido por Denis Villeneuve es de primer nivel, con diseños despampanantes y una presentación visual que desencaja mandíbulas, sino que también debido a que cada componente está pensando para ser visto en la pantalla más grande.

Claro, nuestros ojos están acostumbrados a grandes espectáculos con efectos digitales de primer nivel, pero Dune es una experiencia única. De esas que ya pocas veces se ven en el cine de los grandes estudios.

Eso se debe a que su espectáculo está al servicio de la narrativa que adapta los mundos y discursos de la novela. Y considerando que esta es una historia que incluye a los legendarios gusanos de arena gigantes ya mencionados, todo está construido para quedar maravillados una vez que los vemos en todo su esplendor.

Solo es de esperar que hagan la segunda parte, que aún no ha sido confirmada, ya que nosotros como audiencia también nos mereceremos ver esa conclusión en el cine.

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