Antonio Barrul enseguida pidió disculpas a los presentes, porque entendió que de seguro ése no era el lugar adecuado ni tampoco la ocasión, pero intentó explicarles a su modo que no podía quedarse de brazos cruzados. Uno o dos minutos antes había noqueado a otro hombre.

Barrul, boxeador español, se encontraba en una sala de cine del municipio de León para ver la nueva película de Garfield, cuando advirtió que algo andaba mal. Unos metros más adelante, en las primeras filas, un sujeto gritaba y, aparentemente, insultaba a su propia pareja. De acuerdo a la versión de quienes estaban allí, la escena se extendió por varios minutos y generó incomodidad, en especial, por la presencia de los niños que habían asistido.

Hubo intentos para apaciguar al hombre, pero él no hizo caso, al contrario. Entonces, intervino Barrul para separarlos y eso lo desencajó todavía más. “Perra”, le gritó mientras invitaba a pelear al boxeador. “Baja, perra”. Y el púgil se negaba, le contestaba de lejos, sabía que ponerse a pelear allí, donde seguramente lo grababan, podía acarrear algún problema a su carrera. Pero todos tienen un límite.

“Yo también vengo con mis niños, maricón de mierda, me cago en todos tus muertos”, se escucha al tipo desde abajo en la grabación de un espectador.

Y luego otros insultos que Barrul decidió silenciar con sus propias manos. En una rápida acción, se acercó al agresor y en cuestión de segundos lo acostó a golpes. De inmediato se alejó y volvió adonde lo esperaba su familia. Pidió disculpas y dijo que lo sentía, aun cuando en su mayoría la gente comprendió la situación y se puso de su lado.

El asunto de todo esto es que, mientras en sus redes sociales acumula comentarios felicitándolo por su valentía, involucrarse en una pelea fuera del ring, por su condición de boxeador profesional, podría traerle problemas. Ésta es ahora, ya viral el video, su mayor preocupación.