De acuerdo a la psicóloga Jazmine McCoy, cuando los niños están sintiendo enojo, hay que entender que “está bien” y que se trata de una emoción que esconde un mensaje. “Está aquí para decirnos algo importante. Así que prestemos atención”, dice.
La crianza de los hijos es un proceso que no está exento de dificultades. Si bien hay días en que puede ser muy satisfactorio ver cómo las enseñanzas que se les dejan a los niños están dando buenos resultados, hay otros en que todo parece estar perdido.
Muchos padres tienen temor al momento en que se producen las famosas rabietas, reacciones que suelen surgir cuando los deseos o necesidades no han sido satisfechas.
Sin embargo, de acuerdo a una experta, este episodio no necesariamente tiene que ser visto como algo malo. Más bien, puede convertirse en una oportunidad para que los niños aprendan cómo manejar adecuadamente sus emociones.
Y cuando los más pequeños adquieren esa habilidad, a futuro suelen ser más resilientes, felices, se llevan mejor con sus pares e incluso tienen más probabilidades de tener éxito en la escuela, de acuerdo a una investigación publicada en Journal of School Psychology.
“El objetivo es criar un niño que sepa cómo manejar su ira de una manera saludable”, dijo la psicóloga clínica Jazmine McCoy al medio CNBC.
Para la experta, es necesario entender que “está bien estar enojado”, porque se trata de una emoción que esconde un mensaje. “Está aquí para decirnos algo importante. Así que prestemos atención”, aseguró al citado medio.
Si bien no hay una fórmula mágica en este proceso, McCoy sugiere algunas recomendaciones para enseñar a gestionar las emociones de los niños.
4 consejos para enseñar a los hijos a gestionar sus emociones
1. Establecer límites.
Una de las claves más importantes es que los más pequeños siempre deben sentirse escuchados, dice McCoy. Ellos tienen que enterarse que las emociones negativas son parte de la vida y que los adultos pueden apoyarlos cuando estas se presenten.
Sin embargo, aclara la experta, también es necesario que el niño entienda que hay límites que no deben ser cruzados en esos momentos de enojo, pues reconocer su emoción no implica que pueda hacer lo que quiera.
2. Identificar las emociones de los niños.
Reconocer y aceptar las emociones de los hijos puede ser muy beneficioso durante la crianza, dado que permite que ellos puedan comunicar con palabras lo que están experimentando. Así no tendrán que estar recurriendo a los gritos para sentirse oídos y vistos por los adultos responsables, cuenta McCoy.
Un paso muy simple es comenzar por preguntarle qué es lo que le está causando enojo y sugerir algunas formas de resolver la situación.
3. Calmar el enojo.
De acuerdo a McCoy, una estrategia útil durante las rabietas es enseñar a los niños a respirar profundamente, de manera que se pueda relajar un poco en esos minutos.
Lo mejor es que sean los adultos quienes tomen la iniciativa y hagan la respiración frente a los niños. Así, se les podrá mostrar directamente cómo eso les genera calma.
4. No responder con más enojo.
Esta medida puede ser una de las más difíciles de llevar a cabo durante la rabieta de los hijos. Sin embargo, McCoy cuenta que los adultos deben considerar que los niños más chicos aún no pueden regular sus emociones por sí solos, por eso a veces reaccionan de esa forma.
Si se les responde con más ira o enojo, nada se va a solucionar. Incluso puede desencadenar daños en su autoestima a futuro.
“Todo se reduce a los mensajes que enviamos y cómo modelamos nuestra ira”, concluye la experta.