Especialistas detallaron cuáles son los daños tanto en la salud física como mental, además de explicar los factores que se deben tener en cuenta.
En muchos países, cumplir la mayoría de edad a los 18 años se traduce en que se pueden hacer múltiples acciones que previamente no eran permitidas.
Una de ellas es precisamente comprar alcohol en botillerías, bares o restaurantes.
Sin embargo, pese a que la ley lo permite, aquello no implica que queden exentos los riesgos para la salud.
Es por esto que desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) han advertido que “cuando se trata del consumo de alcohol, no existe una cantidad segura que no afecte” al organismo.
Aunque —como es conocido— aquello tiene efectos altamente perjudiciales en los menores de edad, también tiene consecuencias significativas en los adultos jóvenes.
Así lo aseguraron distintos especialistas a la BBC, quienes explicaron cómo el alcohol afecta al cerebro.
Cómo el consumo de alcohol afecta al cerebro de los jóvenes
En primer lugar, recalcaron que aunque todos los consumidores enfrentan riesgos, estos últimos no son los mismos para todos los adultos.
Por ejemplo, explicaron que a los 18 años el cerebro todavía está en un proceso de desarrollo que no alcanza la madurez hasta al menos unos siete años más.
Aquello implica que la respuesta del organismo ante la ingesta de este componente sea distinta y que pueda contribuir a que se desaten daños en el desarrollo cognitivo.
En este sentido, los especialistas consultados por el citado medio detallaron que el alcohol es una toxina, mientras que sus consecuencias pueden favorecer a que ocurran accidentes mortales y se desarrollen distintas enfermedades hepáticas, además de varios tipos de cáncer.
Pese a que existe la creencia popular de que bebestibles como la cerveza y el vino pueden ser más seguros, enfatizaron que el factor más determinante no es el tipo de líquido, sino la cantidad que se consume.
“Una cerveza de 360 mililitros tiene aproximadamente la misma cantidad de alcohol que una copa de vino de 15 mililitros o un trago de licor de 45 mililitros”, aseguran en un documento regulatorio de Estados Unidos, país en el que la edad legal para beber es de 21 años.
Por otro lado, tanto en Chile como en la mayoría de las naciones europeas es de 18.
Entre los motivos de por qué el alcohol puede ser un peligro para los jóvenes (incluso aunque hayan superado la mayoría de edad) se encuentran el tamaño y la forma del cuerpo.
El investigador de la Universidad de Maastricht de Países Bajos, Ruud Roodbeen, explicó a la BBC que los adolescentes no alcanzan su altura adulta hasta los 21. Sin embargo, esto puede variar dependiendo de cada caso.
“Por lo tanto, beber un vaso de alcohol provoca un mayor contenido de alcohol en sangre en los jóvenes que en los adultos”, enfatizó el experto.
Junto con ello, agregó que después de que se bebe alcohol este pasa al torrente sanguíneo y luego se propaga por el cuerpo.
Después de unos cinco minutos, llega al cerebro, en donde pasa la barrera hematoencefálica que se encarga de protegerlo de sustancias dañinas.
Así, “una parte relativamente grande del alcohol termina en el cerebro de los jóvenes, y esa es otra razón más por la que tienen más probabilidades de sufrir intoxicación por alcohol”.
De la misma manera, la neuropsicóloga de la Universidad Médica de Carolina del Sur, Lindsay Squeglia, recalcó a la BBC que el consumo temprano también tiene efectos nocivos en la salud mental.
Junto con ello, aumenta el riesgo de abuso en la ingesta en el futuro, más aún si se tienen antecedentes de familiares con alcoholismo.
En este sentido, destacó que mientras antes se comience a beber, mayores serán las probabilidades de desarrollar algún tipo de problema con estas bebidas.
“Y cuanto más pueda esperar alguien (antes de ingerir alcohol), es menos probable que estos genes entren en juego”, destacó la médico.