Debido a que nuestros ojos están cerrados, el cerebro humano se mantiene atento a cualquier posibilidad de peligro principalmente a través de la audición.
Cuando una persona duerme, el cerebro se enfrenta a una dificultad no menor, ya que debe discriminar los sonidos según su nivel de importancia. Por ejemplo, en invierno, el oído debe aceptar el ruido de una lluvia, o comúnmente si se convive con más personas, los pasos nocturnos de nuestros compañeros de hogar. Pero asimismo, debe estar preparado para despertar en caso de escuchar algo que pueda generar un peligro.
Para entender de mejor manera el sueño en el ser humano y responder cómo el cuerpo nos protege de posibles peligros, los investigadores de la Universidad de Salzburgo, Austria, reunieron a 17 personas que quisieran dormir durante una noche en un laboratorio del sueño.
Mientras los participantes dormían, se registraba la actividad eléctrica de sus cerebros mediante electroencefalografía (EEG). Durante la noche y con los voluntarios ya dormidos, los investigadores comenzaron a poner grabaciones en las que se mencionaban los nombres de los protagonistas. Estos eran dichos tanto por familiares como por personas totalmente desconocidas.
En los resultados se evidenció que según si la voz era conocida o no, el cerebro tenía distinta respuesta en los complejos K y en las micro excitaciones. En primer lugar, los complejos K son ondas agudas que se ven a través del EEG del sueño y tienen una duración aproximada de medio segundo. Estos el cerebro los puede generar de manera automática, pero comúnmente sucede luego de una perturbación externa.
Los investigadores hallaron que las voces desconocidas generaban más complejos K que las voces familiares, debido a que puede llegar a ser un ruido amenazante. Pero impresionantemente, la diferencia que había en los complejos K dejó de existir en la segunda parte de la noche. Esto debido a que el cerebro entendió que la voz desconocida sí es segura.
En segundo lugar, las microexcitaciones son una parte natural del sueño y aparecen en el EEG como una pequeña combinación de actividad cerebral similar a la de la vigilia y el sueño. Al igual que en el caso del complejo K, las voces desconocidas también generaron mayor cantidad de microexcitaciones.
¿Qué conclusiones se pueden sacar de este estudio?
Los resultados que se obtuvieron permiten plantearse la idea de que la identidad de quien habla puede llegar a ser importante para determinar si alguien es o no peligroso. Pero a pesar de eso, es complejo asegurar que el aumento de las microexcitaciones y de los complejos K significa automáticamente que el cerebro realiza un juicio sobre un peligro. También puede ser que las voces desconocidas llamen simplemente más la atención.
Lo que sí está claro, es que el cerebro continúa monitoreando al entorno en búsqueda de posibles peligros. Es por esto que si estás teniendo problemas para dormir, sería una gran opción que apagaras la televisión o podcast antes de dormir y puedas convivir con los ruidos del ambiente, ya que de esta manera el cerebro sabrá que estos no son peligrosos.
Además, si te cuesta dormir cuando llegas a un lugar nuevo, ya sabes por qué es. Tu cuerpo y cerebro se están adaptando a un lugar con ruidos desconocidos y necesita estar más alerta para identificar qué puede llegar a ser peligroso.