Con solo 22 años, Vaitiare Alarcón empezó a publicar videos de tutoriales para maquillaje. En apenas tres temporadas, ya supera los 9 millones de seguidores en redes sociales como TikTok, con un contenido cada vez más variado, porque “me gusta explotar todas las aristas que tengo”. En el lanzamiento de una línea de cosméticos, conversa con el diario pop sobre el camino recorrido, el presente y lo que viene. "Me permito cometer errores para aprender", comenta.
Con tan solo 25 años, Vaitiare Alarcón es toda una celebridad en el mundo de las redes sociales: 9,4 millones de seguidores en Tik Tok, 1,1 millón en Instagram y más de 230 mil suscriptores en YouTube.
Ella, oriunda de La Pintana, es una influencer de alto calibre y se encuentra en un evento de Benefit Cosmetics, una marca de productos de belleza que invitó a distintas figuras del ciberespacio para presentar sus artículos en el Falabella del Parque Arauco, Las Condes.
Vaitiare, que en realidad es conocida como “Vai Monroe”, luce su largo cabello que desemboca en una chaqueta animal print fucsia tipo leopardo. En su rostro, los ojos le destacan con un diseño artístico que funde negro, celeste y brillos. Su cejas, como de costumbre, las remarcó con fuerza, bien definidas.
El evento tiene como protagonistas a las cejas y, ante ese escenario, Vai Monroe parte por entregar algunos consejos a La Cuarta.
—¿Algún tip de maquillaje para la vida cotidiana?
—El mejor que he aprendido durante todo este tiempo es preparar muy bien la piel para que el maquillaje se vea bien; independiente de si es natural, artístico o más cargado. Siempre es súper bueno hidratar la piel y prepararla. Ese el mejor tip que le puedo entregar a cualquier persona.
—¿Un producto indispensable?
—Para mí, el delineador. No soy nada sin el delineador, es como mi marca personal. Pero en general, para la gente, sería como un agua de rosas para hidratar bien la piel durante el día, aunque uno no use maquillaje.
—¿Cuánta importancia le das a tus cejas?
—Son súper importantes, porque me gusta marcarlas mucho. Pero entiendo que a otras niñas les gustan más naturales; hay muchas variedad.
—¿Todo eso lo aprendes por tu experiencia?
—Todo.
Y a modo de ejemplo cuenta que antes le pasaba que, cuando se hacía un maquillaje, la piel se le resecaba mucho durante el día. “Y trataba de buscar una solución a eso”, recuerda. “Así empecé a saber qué era mejor para mi tipo de piel y de las demás personas”, comenta. “Por eso lo comparto en mis redes sociales”.
—¿Y así partiste subiendo videos de maquillaje ?
—Sí, en mis redes igual me dedico a muchas cosas, pero mi fuerte, lo que siento que hago mejor, es el maquillaje.
El “secreto” de Vai
De pronto, en plena entrevista, una vendedora en la empresa de retail se le acerca y pregunta a Vai si puede tomarse una foto con ella. Luego, otro trabajador le pide, por favor, que le grabe un saludo para su polola. Y de ahí otro sujeto se anima con la misma petición.
La influencer acepta, de buena gana, con una sonrisa.
Tras ello, a modo de tantear su fama, la pregunta es: ¿Siempre te piden fotos en la calle?
—Sí, pero es bacán porque se siente el cariño de la gente. Son súper respetuosos aparte. Es algo habitual ya. Es súper revitalizante en lo que me dedico.
Para la pintanina, la receta para tener millones de seguidores en TikTok e Instagram está en “ser auténtica, ser tal cual eres”, porque “la gente se da cuenta de eso”.
—Creo que ese es el “secreto” para llegar a tener cercanía con la gente —recalca—. Por eso crecí.
Pero entonces, ¿cómo lo hace ella para marcar el límite entre ser auténtica, transparente, y cuidar su vida privada?
Y la influencer explica que “respeto mucho la privacidad de las personas que me rodean, onda mi hermana, mi hermano, mi mamá”, porque “son muchos más tímidos que yo, no les gusta aparecer”. En cambio, en general, ella muestra su “vida cotidiana completa”.
—¿Y hablar sobre tu vida, tu historia y esos detalles?
—Cuando estás en redes sociales te expones a recibir críticas positivas y negativas, obviamente. Pero hay ciertos espacios de mi vida en los que esa crítica negativa no me gustaría escucharla, o no la necesito. Esos espacios no me gusta ventilarlos, en lo que me siento un poquito más vulnerable, que son mis experiencias de vida pasadas. Pero de a poco estoy tratando de abrirme más para que la gente me conozca, y que no me afecte.
Vai no lee los comentarios negativos porque “no pierdo mi tiempo, the real que no me importa”. Prefiere ocupar su “energía en los positivos y devolver la buena vibra a la gente”.
Los malos “no me sirve de nada leerlos, ni para calentarme la cabeza”, destaca.
—¿Cuándo más chica te afectaban?
—Quizá no porque era más chica, porque nunca me han importado las críticas en general, hasta cuando iba en el colegio. Pero me costó mucho el cómo manejarlas Yo tendía a responder como “¡y tú!” y no sé qué, “¡no te metai!”. Eso era desgastarme y el tiempo es invaluable; ahora lo entendí, que estoy más dentro de las redes sociales. Lo he aprendido a manejar.
—¿Y cómo eras en colegio? ¿Extrovertida?
—En el colegio era metida en los estudios. Estudiaba con beca, no podía bajar mis notas. Y era como full estudio, full estudio y nada más, ni siquiera tenía redes sociales en ese tiempo.
Rigor y método
Tras sus años escolares, estudió Técnico en Enfermería. Si la memoria no le falla, recién empezó a subir videos a los 22 años. Ahora, con los 25 ya cumplidos, relata que “todo se dio muy rápido”. De hecho, “no caché cómo me metí en el mundo de lleno, porque ahora estoy totalmente trabajando en las redes sociales; toda mi vida es de redes sociales”.
Su rutina suele repetirse. Se levanta y entrena. “Soy bien concentrada con mis cosas”, comenta. Y después echa a andar la creatividad, a plasmar ideas, “porque tengo una croquera donde hago diseños”. Pasa buena parte del día buscando “nuevas maneras de expresarme a través del maquillaje”.
Luego, la idea que dibujó la estampa sobre su rostro y se pone a grabar “lo que me sale en el momento”. A veces solo son pruebas, pero igual las deja guardadas por si acaso. “Y después me acuesto”, relata. “Si sale un evento como este, bacán, pero mi vida siempre es muy metódica”.
—¿Estás todo el día dándole vueltas a nuevas ideas?
—Sí, pero no de una manera obligada. Es que de verdad me gusta mucho lo que hago. Me gusta crear nuevas cosas y mostrárselas a la gente.
Vai nunca creyó que se podría dedicar a lo que le apasiona. “Siempre me gustó el arte, desde chica, pero nunca tuve los recursos para estudiar algo relacionado”, recuerda. Por aquel entonces, “era súper realista con mi realidad, por decirlo así”. Ante ese escenario, simplemente pensó: “Ya, estudiaré algo que me dé respaldo, después me dedico a lo que me gusta y, si me sale, bacán”.
—Y me salió —dice—. Así que estoy aquí.
¿Ser influencer? ¿Tener millones de seguidores en sus redes? Vaya que nunca estuvo estuvo en el mapa. “Quería dedicarme a hacer diseños de maquillaje y ser feliz con eso”, dice. “Nunca estuvo en mi meta tener muchos seguidores, ser famosa o reconocida”.
Eso sí, “siempre tuve como meta ser reconocida en el mundo del maquillaje”. Los seguidores solo tomaron sentido cuando “caché que iba de la mano con que vieran mis tutoriales”, por lo que la decisión vino así como “hay que darle y ponerle bueno”.
Claro y la vida le cambió un poco, al menos al salir de su casa. “Nunca me habían parado en la calle para tomarse una foto”, comenta. “Era como muy raro”. O de repente, “que te pillen en una fiesta y buena onda, puedes carretear”, cuenta “Hay muchas cosas que han cambiado pero, poco a poco, las voy complementando en mi vida”.
—No ha sido un cambio malo —piensa.
—¿Y el famoso fenómeno de “los humos a la cabeza”
—Tengo la suerte, la bendición, no sé cómo decirlo, de tener una familia que siempre está conmigo. Cuando me ven un poquito que se me suben los humos, me agarran de la pata, me bajan y chao.
—¿A veces reflexionas sobre el peso de poder llegar tu sola a tanta gente?
—Siento una responsabilidad, pero al mismo tiempo siento que soy una persona y, como todas las personas, cometemos errores. Me permito cometer errores para aprender. Entiendo que soy figura pública, y que genero una influencia, y trato de ser la mejor versión de mí misma. No solo por mis seguidores sino también por mi familia, porque quiero ser una buena persona. Pero me permito cometer errores.
Ahora, cuando se acerca la segunda vuelta presidencial del 19 de diciembre entre Gabriel Boric y José Antonio Kast, en medio de un clima politizado, ella comenta:
—La responsabilidad que siento es más de informar que de decir “voten por este” o “hagan esto”. Me gusta influenciar a la gente, que se forme su propio criterio y que, desde ahí, hagan una opinión al respecto sobre política o lo que sea.
Sueños pendientes
Pero reducir el contenido que publica Vai Monroe solo a maquillaje sería injusto; también sube material con atuendos que juegan con los diseños que estampa en su rostro... bailes... sketch humorísticos… El menú es variado.
—¿Qué es lo que más disfrutas haciendo?
—Todo. Me gusta explotar todas las aristas que tengo como persona: por eso hago maquillaje, humor... Porque yo, como Vaitiare, no soy solo maquillaje, también me encanta reírme de los memes, mostrar mi lado humorístico, que para algunas personas es muy fome y para otras muy chistosa. Me gusta mostrar todas las facetas que tengo a través de las redes sociales.
En enero del 2020, hace ya casi dos años, con 800 videos a su haber, Vai Monroe alcanzó el millón de seguidores en TikTok, cifra que dejó atrás hace rato. Por aquellos días, fue entrevistada por LUN, en que ella comentó que “hago un contenido bien general, pero mi fuerte es la comedia”.
—¿Hay algún área de la comedia en que te gustaría incursionar? ¿El stand up?
—Me falta explotar porque mi humor es muy raro. Algunas personas lo entienden y otras no. La verdad me daría miedo enfrentarme a un público como el de un stand up, porque creo que esas personas que lo hacen son demasiado secas. Prefiero ejercitarme más en esa área antes de tirarme a algo así.
—¿Eres de estar inventando chistes o historias cómicas en tu mente?
—¡Ah! ¡Sí po’! A mí se me ocurre algo chistoso y lo anoto. Y así voy haciendo a lo largo del día, y ahí sale la comedia y todo eso.
—¿Algún sueño pendiente?
—Mi sueño sería lanzar mi línea de maquillaje, hacer algo que de verdad me represente, y que sienta que pueda inspirar a las personas que empezaron como yo, que les gusta el maquillaje, y que de repente les cuesta un poquito, darles esos instrumentos para que ellos o ellas hagan lo que quieran con el maquillaje, que lo usen para expresarse, hacer tutoriales, lo que sea...
—¿Ese sueño lo ves lejano?
—No, lo tengo en mente y estoy decretando para que suceda luego.
—¿Qué debes hacer para que suceda?
—Honestamente no tengo idea, pero voy en marcha, que es lo importante.
—¿Te interesa la tele? ¿O ya está pasada de moda?
—Creo que con la tele se puede llegar a otro tipo de público que, de repente, no es tan metido en las redes sociales. Me encantaría, siento que me irá bien.
—¿Por qué?
—Porque siento que le daría un buen aire a la televisión, ver rostros nuevos. Si yo veo rostros nuevos en TV, para mí ya es bacán; y yo estarlo, sería más bacán aún.
—¿Generalmente ves tele?
—Sinceramente, veo las noticias y, si aparece un anuncio de algún programa que me llame la atención, me pongo a verlo. Me gustan caleta los que son tipo Pasapalabra... Aprendo harto.
—¿Y hay algún rostro de la TV que te sea interesante?
—No es que me disgusten, pero no me siento identificada, no cacho. No hay algo que yo diga “ah, qué bacán”.
—¿Falta más gente joven?
—¿Es que qué gente joven en la tele? O quizá no veo tanta tele como creía...