Basta, bicho: aseguran que el invierno de 2025 podría, con suerte, ser normal

La pandemia en Chile.
La pandemia en Chile.

Hace un par de meses, un prestigioso periódico estadounidense hizo un balance de lo que ha sido este año y medio de pandemia. Para estimar cuando demorará el Covid-19 en perder fuerza, analizaron tres factores clave.

No es la primera pandemia que enfrenta la humanidad y, mientras las personas sigan existiendo, seguro que vendrán más.

Esa idea transmite una editorial publicado en octubre del 2021 en The Economist. El artículo hizo un análisis de lo que había sido, hasta ese momento, el año y medio bajo los efectos del Covid-19.

De entrada, el texto indica que, tarde o temprano, “todas las pandemias se queman”, es decir, que el “número suficiente de personas desarrollan inmunidad para que los virus ya no puedan encontrar nuevos huéspedes al ritmo que necesitan para mantener su crecimiento”.

Sin embargo, también recuerda que solo la viruela ha podido ser erradicada por completo, mientras que otras enfermedades como la influenza, el sarampión y el cólera se han vuelto, en el mejor de los casos, patógenos endémicos que ya no causan la misma mortalidad que en el pasado.

El medio estadounidense destaca que, en esta pasada, la humanidad cuenta con una velocidad inédita en el desarrollo de vacunas. Ahí hay un aliado importante. Aun así, plantean que “la pregunta ahora es qué tan rápido se volverá endémico y cómo se verá el mundo tal como es”.

Pesa a que aparecen nuevas variantes, como Delta en ese momento —u Ómicron ahora—, en The Economist reconocen que, para las distintas sociedades alrededor del planeta “los bloqueos repetidos sin fin y las cuarentenas” ya han sido calificados de “intolerables”.

Tres factores

En base a opiniones de expertos, el citado medio estima que, posiblemente, cuando el Covid se vuelva endémico, se ubicará en un plano intermedio entre la influenza, que causa cientos de miles de muertes al año, y otros tipos de coronavirus, que apenas le hacen cosquillas a los sistemas inmunológicos de las personas.

A medida que la inmunidad aumente, ya sea por las vacunas o por contagios, “estas oleadas de infección se verán atenuadas”, pronostican en The Economist.

Para que ello suceda, eso sí, plantean que hay que considerar tres factores: qué proporción de una población es inmune (calidad y durabilidad de esta), cómo se puede tratar la enfermedad, y cómo evoluciona el virus.

Si bien la inmunidad es una variable difícil de medir, lo cierto es que el “Covid es la primera pandemia en la que la lucha cíclica entre la propagación viral, y la evolución y el desarrollo de la inmunidad, se ha interrumpido tan rápido y en tal escala”.

Aunque adviertan que esta es una realidad que solo se palpa en los lugares “más ricos” del mundo.

Por otro lado, destacan la aparición de medicamentos como el antiviral Remdesivir, que pareciera reducir hasta en un 87% los ingresos hospitalarios, aunque por el momento solo puede inyectarse por vía intravenosa en entornos hospitalarios.

Pero también ha aparecido el fármaco de anticuerpos de AstraZeneca, AZD 7442, que pueden inyectarse en espacios más cotidianos como consultorios. Y también se mencionan medicamentos Pfizer, Roch, Atea Pharmaceuticals, Merck y Ridgeback, los cuales en el mediano plazo podrían unirse al arsenal contra el pandémico virus sin pasan las respectivas pruebas.

Por supuesto, todos estos avances en la ciencia también están supeditados a cómo evolucione el virus en el futuro que, mientras más contagios registre, más posibilidades tiene de mudar.

De esta manera, sumando y restando, el medio estadounidense estima que de cinco a seis años este coronavirus debiese volverse “estacionario”, por lo que el invierno del 2025 “podría, con suerte, ser normal”.

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