Después de dejar estos populares medicamentos, viene una ola de antojos que es difícil de controlar. Así es cómo le pasó a este hombre, que bajó 18 kilogramos en cinco meses.
Son muchas las personas que cuentan maravillas sobre los nuevos medicamentos como Ozempic y Mounjaro, que hacen posible perder peso de forma rápida y efectiva. En Hollywood, se rumorea que forma parte de la rutina de muchos famosos y famosas, lo que hace más emocionante que estén al alcance de cualquier persona.
Pero el editor de noticias de The Wall Street Journal, Bradley Olson, lo quiso experimentar en carne propia. Es por esto que se inyectó Mounjaro una vez a la semana por cinco meses, y logró bajar un total de 18 kilogramos.
Pero entonces vino la parte más difícil: lograr dejar el medicamento y mantener esa baja de peso sin ayuda farmacológica, algo que los médicos y los mismos pacientes temen, pues los estilos de vida deben cambiar radicalmente para poder lograrlo.
Este es el testimonio del hombre que perdió 18 kilogramos y está intentando mantenerse así.
Hombre perdió 18 kilogramos con medicamento para bajar de peso
Según cuenta Bradley, mientras estuvo inyectándose Mounjaro —que, por cierto, tiene un costo de cerca de 1.000 dólares o $900.000 aproximadamente— casi no tenía antojos por comida chatarra. Las papas fritas y los donuts, que eran sus favoritos, dejaron de ser apetecibles para él.
No obstante, tres semanas desde la última dosis del medicamento, ese antojo regresó con mucha más fuerza de la que esperaba.
El hombre optó por dejar los medicamentos para bajar de peso porque no quería depender de ellos para siempre, algo que las mismas empresas que los producen recomiendan.
Pero no sabía que iba a ser tan difícil.
Intentaba mantener una dieta balanceada, pero después de comer una ensalada al almuerzo, le venían atracones que no podía parar. Fue así como dos meses después, subió 2 kilogramos.
Pese a ello, no quiso bajar los brazos. Comenzó a investigar cómo podía producir los mismos efectos que los medicamentos, pero de una forma natural, y entonces se topó con las dietas ricas en proteínas que aumentan la sensación de saciedad.
Entonces, estimó que debía comer al menos 150 gramos de proteína al día. Contrató a un entrenador personal y comenzó a asesorarse con él. Y, milagrosamente —según sus propias palabras— funcionó. Sin embargo, empezó a cansarse de comer tanta carne y comenzó a incorporar más fibra en su alimentación. La palta y los arándanos no podían faltar.
También dejó el azúcar por completo —algo que él considera también un milagro— y empezó a utilizar otras alternativas, como la alulosa.
En paralelo, comenzó a hacer 12 horas de ejercicio por semana. La mitad de ese tiempo la destinó a hacer ejercicios de peso.
Según algunos estudios que han ido observando el comportamiento de las personas tras el uso de medicamentos como Ozempic y Mounjaro, los pacientes pueden recuperar todo el peso perdido de forma rápida tras dejar de inyectarse.
Es por esto que el editor quiso “desafiar” las estadísticas y mostrar su historia de éxito: cambió completamente su estilo de vida, empezó a hacer más ejercicio e incluso cambió cómo se veía. Se cortó el pelo, se recortó la barba y se siente un hombre nuevo que, con el impulso que le dio el medicamento, decidió no depender de él y tomar las riendas por sí solo.
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