Aunque tienden a ser agrupadas en una misma categoría de alimentos, ambas presentan distintos componentes que pueden afectar a la salud.
Para muchas personas, disfrutar de un pan con mantequilla o margarina es un ritual que se ha plasmado como parte de la rutina.
Sin embargo, al igual que con otros alimentos, distintas investigaciones han advertido que los excesos pueden tener consecuencias en la salud.
Estos productos untables tampoco se quedan fuera de la conversación. Y, de hecho, los especialistas han alertado que cada uno puede traer tanto efectos positivos como negativos, dependiendo de las necesidades nutricionales de cada persona.
La mantequilla destaca por ser alta en grasas saturadas, mientras que la margarina es ultraprocesada y varias de ellas son altas en grasas trans.
Aquello se traduce en que definir cuál es más saludable a nivel general puede ser una tarea compleja.
No obstante, un grupo de expertos en esta área compartió una serie de puntos que se deben considerar al momento de elegir cuál incorporar en la dieta.
Los efectos de la mantequilla y la margarina en la salud
La nutricionista y académica de la Universidad de Minnesota, Lisa Harnack, aseguró a la BBC que una dieta alta en grasas trans hechas por el hombre incrementa el colesterol LDL malo y reduce el HDL bueno.
Aquello contribuye a que haya un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiacas.
Junto con ello, Harnack dijo que las grasas trans que tienen ciertas margarinas pueden tener consecuencias aún más negativas sobre el colesterol que las grasas saturadas que posee la mantequilla.
Pero no todo es tan definitivo, ya que según dijo al citado medio la nutricionista y académica de la Universidad de Newcastle, Clare Collins, hay investigaciones que concluyen que “los alimentos ricos en grasas saturadas son más propensos a aumentar el colesterol en la sangre si ya se tienen enfermedades cardíacas, colesterol alto u otros factores de riesgo de enfermedades cardíacas”.
Incluso, dijo que otros trabajos científicos han demostrado que alimentos ricos en grasas —como los frutos secos y el aceite de oliva extravirgen— pueden traer beneficios, a pesar de que contienen grasas poliinsaturadas.
Es por esto que la nutricionista y profesora de la Universidad de Cambridge, Nita Forouhi, dijo a la BBC que “no deberíamos preocuparnos tanto por la grasa total, lo que importa es la proporción de grasas dentro de ellas”.
En este sentido, precisó que la recomendación general es que las grasas saturadas no representen más del 10% de nuestra energía total.
De la misma manera, aseguró que hay experimentos que sugieren que el alimento del que provienen esas grasas afecta en el impacto que tendrá en la salud.
“Los alimentos son mucho más que la suma de sus partes nutritivas (...) Tienen macronutrientes, un montón de micronutrientes diferentes, vitaminas, minerales, fibra, sal, aditivos y algunos están fermentados”, recalcó.
Y aunque elementos como la margarina son ultraprocesados —lo que se vincula con mayores riesgos de sufrir obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiacas— las especialistas dijeron que no hay evidencia científica que compare específicamente sus efectos con los de la mantequilla en un largo plazo.
Aquello se debe, según dijeron, a que tienden a ser agrupadas dentro de una misma categoría de alimento.
Para la investigadora de la Universidad de Deakin, Melissa Lane, es necesario que se realicen más estudios para “comparar los subgrupos de alimentos ultraprocesados con sus alternativas que no sean ultraprocesadas”.
Eso sí, enfatizó: “Los resultados pueden diferir dependiendo del efecto en la salud que se esté investigando”.
“La margarina tiene el mejor perfil nutricional en términos de ser más baja en grasas saturadas que la mantequilla. Ambas deben considerarse en el contexto de toda la dieta. Pero la evidencia sugiere que hay una asociación entre la mala salud y las dietas ultraprocesadas más allá de los nutrientes”, agregó.
Por otro lado, la especialista de Cambridge dijo que si se considera que los componentes de cada producto pueden variar entre sí, la mejor alternativa en este sentido son los que tienen menos grasas saturadas, más grasas poliinsaturadas y no poseen grasas trans.
En palabras de la experta de Newcastle, “la conclusión es que depende de cuánto consumas”.
“Si estás untando mantequilla en tostadas una vez a la semana, y el resto de tu dieta es saludable, probablemente no importa. Pero esto no es lo que la mayoría de la gente hace”.
Cabe destacar que siempre es recomendable acudir a un profesional de la salud para evaluar los alimentos que mejor se ajustan a tu caso particular.