Esto sucede en el cuerpo al tomar bebidas con azúcar

Foto: Bebidas gaseosas.

Detrás de cada sorbo se esconde un proceso químico que impacta en la salud.

Muchas personas acostumbran a acompañar sus comidas con bebidas azucaradas, sin embargo, lo que desconocen es que esta simple acción trae consigo un proceso químico que tiene un impacto negativo en el cuerpo.

Cabe señalar que una lata de bebida carbonatada contiene cerca de 155 calorías vacías (no proporcionan valor nutricional), 38 gramos de carbohidratos, 37 gramos de azúcar y 34 miligramos de cafeína.

La Asociación Americana del Corazón recomienda a las mujeres ingerir solo 25 gramos de azúcar al día, mientras que para los hombres 36 gramos. Mucho menos de lo que ingresa a nuestro cuerpo a la hora de ingerir bebidas.

Minuto a minuto

Según detalla Medical News Today, dentro de los primeros 10 minutos tras beber una gaseosa, entra una gran cantidad de azúcar al cuerpo aproximadamente diez cucharaditas, superando el 100% de la ingesta diaria recomendada.

Luego de 20 minutos el nivel de glucosa en la sangre comienza a aumentar rápidamente por lo que el páncreas responde liberando insulina, lo que provoca que el hígado convierta el exceso de azúcar en grasa.

Foto: Pixabay

Cuando una persona bebe un refresco, está ingiriendo el equivalente a una comida entera en hidratos de carbono a través del líquido”, explicó Meltem Zeytinoglu, endocrinólogo y profesor de medicina en la Universidad de Medicina de Chicago.

“En la mayoría de los casos, este refresco se consume además de una comida, por lo que los hidratos de carbono adicionales tendrán que ser procesados. Este azúcar extra, en lugar de almacenarse en el tejido muscular, se convierte en grasa en el hígado”, detalla el experto.

Luego de 40 minutos, la cafeína es totalmente absorbida. El hígado libera más azúcar en el torrente sanguíneo, y la cafeína bloquea los receptores de adenosina en el cerebro, impidiendo la somnolencia.

Foto: Bebidas gaseosas.

Tras esto, el cuerpo aumenta la dopamina, un neurotransmisor que activa los centros de placer en el cerebro. Según MAC Clinical Research, esto podría provocar un ciclo de adicción, ya que el cuerpo busca repetir esa sensación, incentivando el consumo repetido de la bebida.

Una hora después de tomar el refresco, el cuerpo experimenta una caída brusca de energía que, según explica un informe Sanford Health, “los bajones de azúcar suelen provocar que estemos increíblemente distraídos a lo largo del día, lo que lleva a una falta de productividad y concentración. La confusión, el comportamiento anormal, la incapacidad para completar tareas rutinarias, son síntomas comunes”.

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