Si las preguntas sobre el quehacer humano se te quedan reverberando en la cabeza y quieres aprender lo elemental sobre la filosofía, este libro es para ti.
Prometen páginas más entretenidas que las instrucciones del microondas y “bajar la filosofía de las estrellas e introducirla en las calles para que nos pertenezca a todos”. En De Sócrates a Netflix: una guía sencilla para entender la filosofía (Planeta, 2024), los autores Claudia Lewis y Camilo Pino —ambos licenciados en la disciplina y “jóvenes que se queman las pestañas viendo series en streaming”, como se presentan en el prólogo— se dan un festín con grandes pensadores e ideas, desde el sentido de la vida a la bioética, y de los nombres presocráticos hasta el influyente surcoreano y crítico de la “sociedad del cansancio” Byung-Chul Han; un poco con esa manida idea aristotélica de que la filosofía es, de cierto modo, “todas las cosas”.
Dicen, a modo de invitación, que la filosofía debe empezar desde la experiencia común, de lo que vivimos día a día, con el famoso disparador ¿qué es? Y el recorrido comienza con las teorías más populares explicadas en simple, seguido de la filosofía como modo de vida. Hedonistas, cínicos, estoicos y epicúreos son llamados al pizarrón. Poniendo el acento en que los saberes no surgen necesariamente de la academia sino desde las situaciones más cotidianas, como pensar lo que nos diferencia de los animales o cuestionarse la finitud de la vida al perder un cachupín.
“¿Quién sería un hedonista para nosotros?”, se preguntan los autores que también mantienen la cuenta @filosofiayhumor, “podemos poner como ejemplos a Charlie Sheen, de la serie Two and a Half Men, o al alcalde Diamante de Los Simpson”. Por cierto, la cultura pop ocupa otro tramo del libro. Tal vez el más original es el que cuestiona las decisiones de los superhéroes más conocidos de occidente, en capítulos como: ¿Por qué la policía persigue a Batman? O las preguntas: ¿Es deber de ellos hacer el bien? Y si pensamos en nosotros, ¿por qué necesitamos tantas leyes?
A la filosofía la definen como un diálogo entre las mejores ideas de la historia humana, primero de manera interna y luego en una especie de “modo compartido”, es decir, revisando aquellas respuestas del fuero interno que comparamos, desafiamos, mejoramos, destruimos y que, por qué no, eventualmente abandonamos.
Sobre el cierre hay un pequeño mosaico abreviado con autores contemporáneos, acaso el derrotero para seguir profundizando en una disciplina que invita a cuestionarse todo. “Con el aumento de la población y las mejoras en las condiciones de vida, debemos vivir en el momento con más filósofos de la historia”, aseguran los autores y dan cuenta de los grandes superventas actuales como el esloveno Slavoj Zizek, Bauman, Chomsky, el surcoreano Han, la estadounidense Butler, Singer y Nussbaum, entre varios más. Aunque también ponen en discusión que, paradójicamente, mientras asistimos a una era en que el conocimiento se ha vuelto tan accesible, creemos que podemos conocer pero no conocemos, por lo que también enfrentamos una época de profunda ignorancia. ¿Será tan así? Por algo cuentan que Sócrates dijo que una vida sin examen no merece ser vivida.