El profesional no iba a ir al evento, pero se decidió a última hora. En el momento de los ataques logró esconderse pero nunca soltó la cámara: “pensé que lo más útil que podía hacer era tomar fotografías”, reveló a revista People.
Un fotógrafo israelí compartió en su cuenta de Instagram las fotos que tomó en el Festival Nova Re’im en Israel, donde irrumpió Hamás en el ataque armado del pasado sábado.
Shye Weinstein denominó estas imágenes como los “últimos momentos felices” del evento, y según confesó en exclusiva a la revista People, él no asistiría, pero en el último minuto, mientras estaba en una fiesta de cumpleaños con su primo y amigos, decidió comprar una entrada.
“Iba a ser mi primer festival”, contó el profesional de 26 años. “Pensé: ‘¿Por qué no tener esa experiencia y estar con mi primo y mis amigos?’ Será divertido.”
Antes de partir hacia el lugar, agarró su cámara. Al amanecer, Weinstein comenzó a tomar fotografías. Y no se detuvo, incluso cuando los cohetes volaron sobre ellos.
“En un momento, mientras conducíamos por un campo, comenzaron a estallar disparos a nuestro alrededor”, recuerda. “La novia de mi primo nos gritó que bajemos del auto y corramos. Todos nos metimos debajo, nos agachamos en el campo, nos costamos. Miramos hacia atrás y vimos los coches y a la gente que no podía pasar”.
“No quiero ser el último en verlos felices”
Los terroristas de Hamás mataron al menos a 260 personas. “En el momento en que sucedieron los cohetes, supe que algo andaba mal y me dije ‘voy a tomar fotos’”, añadió.
“No sé por qué, pero pensé que en el momento en que mi primo y yo cambiamos de lugar y yo no conducía, pensé que lo más útil que podía hacer era tomar fotografías”.
Ahora Weinstein compartió las fotos en su cuenta de Instagram: “Esperaba buenas vibras, gente divertida y amable; y eso es exactamente lo que obtuve”, escribió en una publicación.
“Publiqué fotos de personas divirtiéndose, amándose unos a otros, divirtiéndose y siendo humanos”, dijo. “Un tipo al que tomé una foto sólo hablaba de su hermano y de las joyas que hacía. Ahora está desaparecido. Nadie sabe dónde está”.
“Cada vez que recibo un mensaje que dice que esta persona está viva, rompo a llorar”, confesó. “Sólo quiero que la gente encuentre la paz. Quiero que la gente encuentre a sus seres queridos. Si estas personas están muertas, quiero que sus familiares y amigos vean los últimos momentos felices que vivieron, porque no quiero ser el último en verlos”, añadió.
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