La industria de la moda rápida (fast fashion) del primer mundo envía toneladas de productos que terminan acumulados como verdaderos vertederos.
El desierto de Atacama es un rincón bello que ha decorado millones de portadas. Sin embargo, un reciente reporte ha causado indignación en redes sociales.
Una nota de la agencia France Presse da cuenta de cómo grandes pilas de ropa descartada, que no fue vendida en tiendas de fast fashion del primer mundo, han dado pie a vertederos.
https://twitter.com/MartinBernetti/status/1457700238710476805
El reporte de Francde Presse indica que alrededor de 59 mil toneladas de ropa llegan al año hasta el puerto de Iquique.
Aunque una parte de esos envíos, que provienen de países de Europa y Estados Unidos, son trasladados hasta Santiago para el mercado de la ropa de segunda mano, una parte no menor termina siendo acumulada como basura en el desierto.
Hasta 39 mil toneladas podrían ser desechadas tras su ingreso al país según la información. Y en ese escenario, el mayor problema es que los productos eliminados no son biodegradables, por lo que la ropa eliminada no puede ser aceptada en vertederos municipales.
https://twitter.com/afpfr/status/1457739694368714752
Un problema mundial
El desperdicio de ropa no solo afecta a Chile. Recientemente se viralizó la denuncia de la existencia de vertederos en África con la ropa que se envía desde Europa. En muchas ocasiones se trata de harapos que no se pueden ocupar.
https://twitter.com/dw_espanol/status/1454074288089223175
La producción de ropa se ha duplicado en este siglo, en un escenario en el que la ONU estima que la industria del vestuario es responsable del 20 por ciento del desperdicio de agua. Si se incluye al calzado, es responsable de hasta un 8 por ciento de los gases de efecto invernadero.