Grandes clásicos del humor de antaño para ver en YouTube

En la plataforma están disponibles algunos episodios que han marcado la cultura pop chilena desde el humor. En este punto destacan personajes como el Malo, pasando por La Oficina, del Jappening con Ja, hasta los inmortales Dinamita Show.

“Yo soy malo pos, loco”

En plena era de la transición, entre los TLC, las teleseries y los goles de la dupla Sa-Za, el actor Daniel Muñoz, junto al libretista Ariel Galindo, dieron forma a un personaje inolvidable. “El malo”, era un sujeto malhablado y puntudo, de chaqueta de cuero y actitud displicente, que celebraba sus fechorías con la frase de cabecera que se volvió infaltable entre los escolares de la época: “Yo soy malo pos loco”. Era la caricatura de un villano, que resultó un éxito en la televisión empaquetada de la época. Por supuesto, en el año 2000 dio el salto al santuario de la televisión; el Festival de Viña. Allí se despidió con la ovación del Monstruo. “Voy a volver el día en que la selección chilena salga campeona del mundo, voy a volver el día de la goma”, cerró, fiel a su estilo.

El Washington

Si Felipe Camiroaga tuvo una virtud, fue que además de animador, sacó provecho de su histrionismo innato. Inspirado en un repartidor de leche de Villa Alegre -donde solía pasar las vacaciones en su niñez-, creó al Washington, el protagonista de un sketch en el programa Pase lo que Pase. Era un sujeto al que le faltaban dientes y siempre vestía delantal azul, gorro de lana y una bufanda (tejidos por una tía del animador). Trabajaba en un almacén, al que siempre acudía la señorita Andrea, interpretada por la coanimadora Karen Doggenweiler, con quien tenía una irrepetible química en pantalla. Allí se sucedían divertidas situaciones, en las que incluso pasaban actores como Fernando Farías.

La oficina

Mucho antes de Michael Scott, estuvo la Oficina. Un sketch clásico de la TV chilena en que el elenco del Jappening con Ja, resumió los estereotipos clásicos de cualquier lugar de trabajo; el señor Zañartu (Eduardo Ravani) como el jefe cascarrabias; Gertrudis (Gloria Benavides), como la secretaria tímida y obediente; Espina (Jorge Pedreros), como el chupamedias que busca ganarse al jefe con cualquier cosa; y Canitrot (Fernando Alarcón), como el infaltable vividor que llegaba atrasado, alegando excusas tan insólitas como delirantes. Un espacio sostenido sobre un humor “blanco”, más asentado en situaciones y enredos, que sobre un lenguaje más popular y directo, lo que marcó una tensión posterior entre Ravani y Pedreros. Pero pese a todo, marcó una época al entrar en las conversaciones de los televidentes, que podían identificar fácilmente lo que ocurría allí.

Carne mechada con puré

En la categoría de chascarro, quedó este memorable registro que protagonizó el actor Álvaro Escobar. Ocurrió durante el rodaje de la teleserie Loca Piel (1996), en una escena grabada en un restorán. Escobar, junto a Jamie Vadell, preguntan por el almuerzo. El garzón les señala que el chef está en huelga, pero que hay disponible una colación de carne mechada con puré. Allí Escobar no puede aguantar la risa. Y no puede contenerla por varios intentos, más aún cuando al final le cambian el menú. Años después, en la Divina Comida, Escobar homenajeó su chasco al preparar carne mechada con puré, al que llamó “El chef está en huelga”.

“El hue…, fuma”

“Son 20 años que no volvía por este lugar”, dijo Coco Legrand apenas apareció por el escenario de la Quinta Vergara el 20 de febrero del año 2000. El comediante había jurado no volver al escenario, tras ser cortado de forma abrupta en el Festival de Viña de 1980. Ovacionado desde el primer minuto, el Coco hizo gala de su humor en que repasó a los políticos (“me gusta el Clinton, por lo caliente, no sé”), pero también festinó con eventos sociales de fácil identificación, como los matrimonios, en que inmortalizó su chiste del novio nervioso que fumaba -sin olvidar su célebre imitación del cura-. Además de los aplausos, el Coco se llevó la Gaviota de Oro, cuando todavía estaba reservada solo a los triunfadores. Porque 20 años, no fue nada.

Mapuches millonarios

Uno de los sketch más clásicos del programa Plan Z, del antiguo Canal Rock & Pop. En el lenguaje de parodia a una teleserie -el género estrella de la transición-, se recreaba la historia de una familia mapuche adinerada, pero carcomida por los vicios del poder. Así pasan situaciones como la discriminación a la empleada doméstica, blanca y rubia, y los eventos sociales regados a canapés de piñón y chicha. Además del infaltable partido de chueca entre padre e hijo. “Lo que se aprende en Toltén, no se olvida nunca”, sentencia el lonco, interpretado por Rafael Gumucio.

Mi mamá me los compró

El Festival de Viña de 1996, marcó la irrupción a nivel masivo de Dinamita Show, un dúo de humoristas callejeros, en que destacaba el carisma de Paul Vázquez, el Flaco, y un eficiente Mauricio Medina, el Indio, como bandejero. Allí, a punta de tallas rápidas y show muy dinámico, instalaron frases inolvidables como el “bieeen”, al momento de hacer una comparación, el “combos iban, combos venían” al contar una historia, o el clásico “mi mamá me los compró”, cuando el Flaco hizo referencia a sus zapatos iguales. Incluso los comediantes se animaron con su propia versión de la historia de Chile, y allí el Flaco demostró su enorme talento para la comedia con su inolvidable “cuaaaaando llegaron los indios con los españoles”. Incluso pervive hasta hoy en stickers y memes como “Pero mira esa h…, hermano”.

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