El caso de Molly Russell, una menor que se suicidó a los 14 años, ha generado múltiples críticas en contra de las compañías tecnológicas.
Luego de una investigación sobre los hábitos de consumo de una joven inglesa de 14 años llamada Molly Russell, un informe oficial forense llegó a la conclusión de que Instragram tuvo algún grado de responsabilidad en el suicidio de la menor de edad.
El forense Andrew Walker tuvo acceso al material que la adolescente exploró en la red durante un proceso de depresión y concluyó que la joven confrontó efectos negativos por su consumo de contenidos en línea. En esa línea, el especialista recalcó a un tribunal de Londres que la menor no debió ser expuesta a gran parte del material que visitó, algo que incluyó imágenes de autolesiones y suicidios presentes en plataformas como Instagram y Pinteres.
“Es posible que el material consumido por Molly, quien ya sufría de una enfermedad depresiva y era especialmente vulnerable a su edad, afectase en formas negativas y contribuido a su muerte, y no de forma mínima”, planteó el forense.
La investigación detalló que la adolescente llegó a estar expuesta a 2.100 piezas de contenido relacionado a suicidios, autolesiones y depresión. En ese sentido, la joven realizó una colección en Pinterest con más de 400 de esas imágenes.
Como parte de la audiencia, una ejecutiva de Meta, la matriz de Instagram, presentó sus disculpas y planteó que los contenidos que Molly visitó violaban los términos de uso de la plataforma. Lo mismo llevó a cabo un directivo de Pinterest.
Los peligros del algoritmo
El forense Andrew Walker planteó que “Molly se suscribió a varios sitios en línea. Tenía acceso a imágenes, videoclips y textos relacionados con las autolesiones y el suicidio, o que eran de naturaleza negativa o deprimente”.
En esa línea, recalcó que los algoritmos de Instagram y Pinterest exacerbaron los resultados de búsqueda de la menor. “Es probable que estos períodos de búsquedas hayan tenido un efecto negativo en Molly. Parte de este contenido idealizaba los actos de autolesión de los jóvenes sobre sí mismos. Otro contenido buscaba aislar y desalentar la discusión con aquellos que podrían haber podido ayudar”.
“Es probable que el material visto por Molly, que ya sufría una enfermedad depresiva y era vulnerable debido a su edad, afectó su salud mental de manera negativa y contribuyó a su muerte de una manera más que mínima”, concluyó.
Andrew Walker compilará un informe y escribirá a las compañías tecnológicas involucradas, al igual que el gobierno británico.
Un llamado a proteger a los menores
Ian Russell, el padre de la menor, planteó según consta en la BBC que: “es hora de proteger a nuestros jóvenes inocentes en lugar de permitir que las plataformas [de redes sociales] prioricen sus ganancias monetizando la miseria de los niños”.
El casop de Molly Russell ya ha generado múltiples críticas en el Reino Unido, con varias voces llamando a que las compañías tecnológicas actúen para proteger a los menores.,
El príncipe Guillermo de Gales sostuvo que: “ningún padre debiese enfrentar lo que Ian Russell y su familia han tenido que pasar. Han sido tan increíblemente valientes. La seguridad en línea para nuestros niños y jóvenes debe ser un requisito previo, no una ocurrencia tardía”.