A pesar de los esfuerzos por mantener la equidad, la mayoría de los padres tienden a mostrar una preferencia inconsciente por uno de sus hijos.
Aunque muchos padres han negado tener un hijo preferido, un reciente estudio ha demostrado lo contrario.
La investigación ha revelado que, en la mayoría de los casos, los padres tienden a mostrar una inclinación hacia uno de sus hijos, ya sea de manera consciente o inconsciente.
El estudio, publicado en Psychological Bulletin, analizó 30 investigaciones y bases de datos sobre el tema, llegando a interesantes resultados. Estos apuntan a que, aunque se trate de una situación comúnmente escondida, existe una preferencia general hacia las niñas.
“Durante décadas, los investigadores han sabido que el trato desigual de los padres puede dejar efectos duraderos en los niños”, asegura el autor principal Alexander Jensen de la Universidad Brigham Young en Provo, estado de Utah, EE. UU.
“Este estudio nos ayuda a entender qué niños tienden a ser favorecidos, lo cual puede tener efectos tanto positivos como negativos”, anunciaron a través de un comunicado de la Asociación Estadounidense de Psicología.
El trato desigual suele ser inconsciente
Antes de realizar la investigación, los científicos apuntaron a que las madres tenderían a favorecer a las hijas y los padres a los hijos, pero los resultados los sorprendieron. Sin embargo, según el análisis, los padres tienden a preferir a las niñas sobre los niños.
Otro de los resultados que demostró el estudio es que los hijos responsables y organizados, también parecían recibir un trato más favorable.
El estudio recomienda que los padres sean conscientes de estos casos, aunque los efectos puedan ser ligeros.
En cuanto al orden de nacimiento, los padres eran más propensos a dar mayor autonomía a los hermanos mayores, posiblemente porque eran más maduros.
Según señalan algunos estudios, las personas que fueron favorecidas en la infancia por sus padres tienden a ser psicológicamente más estables.
“Los padres hacen diferencias, a menudo inconscientemente y desarrollan una relación más cercana con los niños sociables, porque esto hace muchas cosas más fáciles” señala el experto alemán Martin Diewald de la Universidad de Bielefeld.
“Los sentimientos de agravio a menudo no son intencionales. La mayoría de las veces, los padres intentan ser justos con sus hijos”, añade el especialista.