En plena pandemia, Matías Ross, un abogado empresas que mataba el tiempo libre reseñando perfumes en grupos de Facebook, dedujo que en TikTok podría dar el salto al contenido audiovisual. Ahora tiene una comunidad que supera el millón entre sus redes sociales, es el más seguido de Latinoamérica y montó su propia tienda de decants. Pero no se conforma. “Me gustaría en el futuro desarrollar mis propias fragancias”, sueña en esta entrevista.
—Inicialmente, siempre quise generar contenido.
La voz de Matías Ross llega, por videollamada, desde Concepción. Ahí nació hace 31 años y ahí planea quedarse. Ross es de los que defiende que cada quien puede atraer las oportunidades, sin necesidad de migrar adonde sea que abunden, Santiago en este caso, cuando se es lo suficientemente bueno. 297 mil seguidores en Instagram, 913 mil en TikTok, lo respaldan. Pero eso no es nada. “Te hago imaginar aromas con mis reseñas”, su pagaré en esto de las redes sociales, hizo posible que, a menos de tres años de estrenarse, sea el reseñador de perfumes número uno de Latinoamérica y abriera su propia tienda de decants, Ross Raffles, la más grande del país.
Aunque, al principio, él mismo creyera que su carrera en internet tomaría otro rumbo.
—Me veía como XQc, Speed, el Xokas. Yo pensé que lo mío iba por el lado de los videojuegos.
Como un exjugador voraz de World of Warcraft y Tibia, hubiera sido lo razonable.

Como sea, antes de abrir esa puerta, Matías Ross fue traductor de inglés a español en barcos internacionales. Varios años moviéndose entre servidores de juegos habitualmente norteamericanos le permitieron manejar el idioma y ofrecer sus servicios como intermediario. Durante ese período, mediante charlas o diapositivas, se la pasó explicando a capitanes de barcos chinos, filipinos, o el que llegara, el procedimiento de desinfección en los graneleros. Más tarde, tras culminar derecho en la Universidad Andrés Bello, ingresó a la oficina de Defensa Laboral de Concepción, se especializó en derecho empresarial y estuvo algunos años en el estudio Paulsen y Carrasco.
Fue en pandemia que las cosas cobraron otro ritmo y color:
—Todos estábamos aburridos, todos buscaban qué hacer. Algunos aprendieron a tocar guitarra, otros a cocinar. Yo me empecé a interiorizar en el mundo de los aromas, que siempre me había gustado. Tengo reseñas en el portal Fragrantica del año 2014, hace once años atrás. En pandemia empiezo a hacer reseñas escritas en Facebook de perfumería chilena. Comunidad chilena fanática de los perfumes, Fragancias Chile, etc. Y me doy cuenta de que a la gente le gustan, veo harta interacción, harto me gusta, harto comentario, en comparación a lo que hacían otras personas. Entonces dije: acá hay algo. Y ahí me di cuenta de que podía crear contenido audiovisual.
—¿Ya habías empezado a coleccionar para entonces?
—A mí me gustaron las fragancias de siempre, yo era el típico le sacaba el perfume al papá del closet, a escondidas. Pero cuando entro a la vida laboral, como abogado y teniendo el primer poder adquisitivo de pega formal, empiezo a gastar el sueldo en perfumes. Me pasó algo increíble: me meto tanto en esto, mi segundo año de vida laboral, 2020, que empiezo a gastar a veces más de lo que ganaba en perfumes en el mes. Vacié al chanchito al máximo, jajajá. Y sabía que esto no se podía quedar así: era una locura que si ganaba 700, me estuviera gastando 900 en el mes. Una locura.
A mediados de 2022, Ross se percató de que la oportunidad estaba en TikTok: aún ningún chileno, ni siquiera Andrés Croxatto, cuyo fuerte era YouTube, reseñaba perfumes en formato breve y vertical. Así que, con arrojo y convicción, en agosto subió su primer video. Sus referentes eran el alemán Jeremy Fragrance —dos millones y medio de seguidores en YouTube, tres y medio en Instagram— y el propio Croxatto, con quien ya ha hablado en alguna ocasión. De hecho, cuenta Ross, fue él quien le solicitó reseñar Flaño (1953) en un video que pronto se hizo viral.
“Tu madre, tu tía, tu abuela, tu amiga con daddy issues, todas cayeron rendidas ante los efectos de este perfume (...); en el momento en que tú aplicas esta fragancia, te abraza una sensación a limonada clásica y aceitosa, con un toque de musgo de roble muy masculino (...); a los pocos minutos se empieza a entrever el verdadero actor principal, la sensación profunda de maderas y un pino mentolado”, es parte de la divertida descripción. “Por todo lo anterior, como diría mi amigo Andrés, esta es una fragancia: ‘pectacular”.
—Con Andrés tenemos estilos mucho más distintos. La gente conecta conmigo porque me ven más espontáneo. No sé, po, no soy el mijito rico que es Andrés, jajajá. Se identifican conmigo porque dicen: si él puede, quizás yo también. Con Andrés pasa que quieren ser como él, en cambio, la gente no necesita ser como yo, porque yo me siento como cualquier otra persona que me ve detrás de la otra pantalla.
—¿Qué es lo más importante a la hora de reseñar?
—Ser honesto con lo que tú percibes. Consumo mucho contenido de fragancias, y creo que donde más peca la gente es en meterse a las notas del perfume, decírtelas como un loro y listo. A la gente no le sirve, no va a conectar nadie con que tú le digas “esta fragancia tiene cardamomo de Guatemala”. Un chileno va a estar viendo esto detrás de la pantalla y no va a conectar, porque nunca ha probado el cardamomo, nunca ha ido a Guatemala, no le va a servir. Por eso es tan importante poner el sello personal, ser espontáneo y, en el fondo, tratar de buscar la cotidianeidad para que la gente la entienda. Y es por eso que yo, cuando hablo sobre una fragancia, soy capaz de decir, con tal de que tú te lo imagines, que te puede recordar a una pasta de dientes o te puede llegar a recordar al aroma de una carbonada, ¿cachái? Lo que a mí se me venga a la cabeza para hacer que tú conectes.
—¿Te han ofrecido canjes para hablar bien de algún perfume?
—Muchísimas veces. De hecho, el más reciente fue con Stronger With You Parfum, de Armani, que me ofrecieron lucas y todo. Pero no las tomé, porque a mí no me gustó la fragancia. La probé y no me movió ni un pelo. Esto es netamente para seguirle sacando lucas a la línea y mejores fragancias a la línea. Lo dije en el video no pago que terminé subiendo. Y sí, al comienzo hice un canje. Después nunca más hice. Las colaboraciones ya son pagadas.
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En febrero de 2023, aún en su antiguo setup, casa de sus padres, Matías Ross grabó su video más viral: los errores más comunes al perfumarse. Allí sostiene que está mal atomizar la fragancia en la parte central del cuello; que no se debe aplicar perfume en el aire y caminar hacia él; que tampoco debe aplicarse demasiado cerca de la piel, y, mucho menos, hacer fricción con la fragancia en la muñeca. Con poco menos de 34 millones de reproducciones en TikTok, la pequeña cátedra de Ross devino artículo en La Nación de Argentina y se replicó en medios de México, Guatemala, Puerto Rico y Costa Rica. Cuando se le consulta por su primer viral, él, sin embargo, retrocede cinco meses más en el tiempo, hasta septiembre de 2022, al video en que reseña a petición de un seguidor la colonia Ben10 tan típica de la feria.
—Yo empiezo a decir que cómo se le ocurre preguntarme eso, que en este canal sólo hablamos de fragancias muy exclusivas, casi que roteando, jajajá, y de la nada aparezco con el de Spiderman. Ese video fue mi primer ultraviral y me generó casi 100 mil seguidores puros.
—Y ahora te pasó otra vez con el perfume Weon.
—Oh, sí. A esa fragancia yo le tenía ganas hace demasiado rato. Tan pronto supe que existía, el año pasado, le escribí al perfumista, que era un hueón, valga la redundancia, italiano. Me dijo que me la quería enviar para reseñarla, pero que salía muy caro el envío. Filo. Pero llegó una tienda a Chile, que se llama Cruz & Valencia, como distribuidor oficial del perfume Weon, y entonces ahí sí el perfumista me dice: ya, Matías, te vamos a enviar esta fragancia para que la reseñes. Y como te decía, yo nunca acepto canjes, pero con este sí lo hice, porque de verdad que la quería reseñar. Me llega, hago el video y esa fragancia se vuelve viral. No lo era antes, con mi video se volvió viral. Y de ahí salió en todos los diarios, en las noticias. Lo di a conocer. Le fue tan bien, que me mandaron tres perfumes Weon, más otros tres de esa misma marca para que se los sortee gratis a la gente. Para el “weon” más suertudo.
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Delante del mueble con forma de “L” que se mandó a hacer el año pasado para preservar sus más de seiscientos perfumes —650 calcula él, entre fragancias masculinas, femeninas, unisex, farmacia, que van desde Flaño y la colonia de bebé Ammen’s a Clive Christian, en torno a los 520 dólares, el más caro de su colección, concebido para la realeza de Gran Bretaña—, Matías Ross explica qué hace a un buen perfume. Qué debe tener, qué parámetros debe cumplir.
—La calidad de aceites esenciales del perfume, la naturalidad de los ingredientes. Es el porqué uno nota la diferencia, por ejemplo, con una fragancia natural versus una fragancia árabe. La calidad de la materia prima es perceptible. La gente muchas veces piensa que un gran perfume te lo va a hacer la proyección y la duración, y eso está súper bien, pero para mí la calidad es algo primordial para que un perfume sea bueno. Tiene que estar bien ejecutado, tiene que haber un perfumista detrás. Ojalá reconocido. Y tiene que tener algo distintivo, porque estamos en un mercado saturado actualmente de aromas dulces. Así que, para que una fragancia tenga éxito y sea buena, tiene que marcar la diferencia con las tendencias actuales. O sea, si tú me presentas nuevamente un perfume que va a oler como un Invictus, como un One Million, que se han hecho un millón de veces, la fragancia no va a destacar y finalmente va a pasar por debajo. Tiene que destacar.
—En Chile ¿hay cultura de perfume?
—Yo creo que hay un auge claro actualmente en la perfumería. Y creo que el chileno joven está sabiendo mucho más que el chileno millenial, boomer. Porque están creciendo con una cultura de higiene diferente a la que nosotros teníamos. Esto va desde el hecho de que los cabros jóvenes, por ejemplo, ahora se preocupan de ir a la barbería, de tener su corte. Se están preocupando mucho más de su presentación personal. Y ahí va también el interiorizarse en el tema de las fragancias. Así que yo creo que el público joven está, inauditamente, muy bien instruido. El público joven tiene una cultura. El público mayor, te diría que no tanto. Desde los 30 años hacia arriba es normal que tenga su regalón y ya, y de ahí no sale. El chileno te va a usar el Polo Blue, el Manzanita, el Tacón de Carolina Herrera, y de ahí escapa ya su umbral de conocimiento.
—Ahora hay personas dispuestas a pagar hasta 500 mil pesos por un perfume.
—Lo he percibido, porque nosotros, los aficionados a las fragancias, que somos finalmente los que terminamos pagando esa cantidad de dinero, sabemos que el perfume es una firma invisible y es un elemento diferenciador. Entonces, si tú estás dispuesto a pagar eso es porque claramente quieres algo diferente a lo que se está haciendo. Estás pagando por exclusividad y por destacar.
—Esa es la categoría Nicho, ¿no?
—Absolutamente. Perfumería Nicho quiere decir que el giro principal de la marca es la perfumería y, por ende, pueden hacer apuestas más arriesgadas en lo que están ofreciendo, porque no necesitan que le guste a absolutamente todo el mundo. Pueden aventurarse un poquito más porque se dedican sólo a hacer fragancias. En cambio, la perfumería de diseñador, que es la que casi todos conocemos, Chanel, Dior, Versace, Carolina Herrera, el giro principal que tienen es de maletas, ropa. Entonces cuando sacan fragancias es algo externo. Y ¿qué necesitan ellos? Vender. Cada lanzamiento que sacan está fríamente calculado para que le guste a las masas. Por eso nace la perfumería nicho para poder aventurarse tal vez en algo más artístico, resolver necesidades que la perfumería de diseñador no resuelve por sólo adaptarse a las masas.
A esta hora, las nueve menos cuarto de la noche, Matías Ross está usando tres perfumes, uno en el cuello y, a la vez, otro para cada muñeca. Dirá que es una costumbre, el único modo de testear la abrumadora cantidad de fragancias que le llegan. En el cuello atomizó Mangomacumba de Spiritica, “inspirada en rituales brasileños con sangre”; en la muñeca derecha Leonarda, también de Spiritica, “inspirada en la historia de una asesina serial”, y en la izquierda, Moon de Game of Spades, una de sus últimas reseñas.
—¿Cuántos perfumes debería tener alguien?
—Tres fragancias es suficiente. Deberías tener una para cuando haga frío, otra para cuando haga calor y otra para ocasiones especiales, con eso basta. Yo no te uso el mismo perfume en el día que el que te uso en la noche. No te uso el mismo perfume en otoño que el que te uso en invierno. Pero para una persona común y silvestre, con tres basta y sobra.
—¿Se debe discriminar entre uno barato y uno caro?
—Yo creo que con las tiendas sí se debe discriminar al momento de comprar. Pero con las fragancias como tal, no. Porque hay fragancias desde las 15 lucas que te pueden ofrecer buenas prestaciones. Incluso, en cuanto a longevidad y proyección. Claro, sacrificando la calidad de ingredientes, van a ser más sintéticos y no naturales por supuesto, pero te puedes conseguir apuestas bastante atractivas con 15 lucas. Da para toda gama de bolsillos. Una persona no debería ponerse el parche antes de la herida con una fragancia porque sea barata.
—¿Uno con las tres B?
—Uno con las tres B es Al Qiam Silver Lattafa, que al ser árabe te lo puedes conseguir en torno a las 20 lucas, 100 ml, y está inspirada en una fragancia que vale 400 lucas, que es un Bvlgary de la línea privada. Hace demasiado bien el trabajo. Una locura. Es una fragancia fresca, masculina, que la tiendo a recomendar bastante a la gente. Cada persona que viene para acá y la huele dice: la cagó, está muy bueno.
—En tus videos hablas de perfumes NPC, ¿cuáles son esos?
—Los que están quemados, en buen chileno. Yo siempre hago videos de eso y termina generando mucha controversia, jajajá.
—¿El Acqua Di Gio?
—El Acqua Di Gio... los respetos donde están. Está hecho por uno de los mejores perfumistas del mundo, que es Alberto Morillas, el rey de los perfumes frescos. Pero está recontra quemado. La versión clásica te va a recordar al papito, al ex, a Pedro, Juan y Diego. Tremenda fragancia, pero sin duda está bien quemada.
—Yo ocupo 212 de Carolina Herrera, ¿soy un NPC?
—Sabís qué actualmente, más que NPC, erís viejo, jajajá. Porque tanto el 212 como el Acqua Di Gio son fragancias, para que sepas, de los años noventa. Cuando estaba en la universidad, año 2012, 2013, erai bacán si ocupabai el 212. Hoy en día es más fragancia de senior.
—Jajajá, y en esa línea, para quienes ocupen 212, ¿cuál es la recomendación?
—Buena pregunta. Y ojo, no es que no te recomiende el 212, pero encuentro que está muy reformulado y que dura muy poco en piel, va a estar dos o tres horas y chao. Entonces, por esa misma línea aromática, te recomiendo el Bvlgary Man Glacial Essence. Ese te lo recomiendo por todos lados. Te da una sensación fresquita en piel, toques verdes. Va a complacer a un usuario del 212 sin ninguna duda y también es más moderno. Te estoy recomendando una fragancia del 2020 versus una de los años noventas.
—¿El perfume dice algo de una persona?
—Sí, dice mucho. Y el cómo lo usa dice aún más. El chileno está muy acostumbrado a cuidar el perfume, a dos atomizaciones y ya, porque se va a gastar. Para mí eso dice lo cagado que puede llegar a ser el chileno con sus propias pertenencias, jajajá. Y yo digo que es contraproducente, porque con dos atomizaciones nadie te va a sentir. Ni siquiera tú.
Esto último, Ross lo comprueba periódicamente. Cuando va por la calle o visita el mall, sabe que ocurrirán dos cosas: 1) Alguien se le va a acercar para saludarlo, tal vez manotear un selfie, algún saludo; 2) Le va a pedir que lo huela y adivine su perfume.
—Me pasa con una de cada tres personas. “Mati, ¿qué estoy usando?”. Y ahí identifico al tiro a los que son más cagados con sus perfumes, jajajá. Si te echaste dos atomizaciones hace cuatro horas, no te voy a sentir.
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—¿Un top para los lectores de La Cuarta?
—Para La Cuarta quiero que sólo sean fragancias de perfumistas chilenos, ya que siento que poco se habla de ellas y la gente debería conocerlas más: primero, Meraki de Cristian Barrera, un perfume fresco astringente y amaderado con la nota de maqui como actor principal, la cual es una fruta cuya planta es oriunda de Chile. Taw The Andes de Casaniche: fragancia verde y fresca inspirada en el deshielo de la Cordillera de los Andes. Y Spritz de Pastor Fragrances, fragancia divertida y versátil inspirada en el popular cóctel Aperol Spritz.
—¿Qué sigue para ti?
—Me gustaría en el futuro desarrollar mis propias fragancias. Yo tengo proyectos en silencio, sin decir nada. Quiero partir haciendo colaboraciones de creación de fragancias con marcas ya existentes. Quiero explorar primero eso, dar mi toque e incursionar en la perfumería así: siendo la persona que decida a qué huele tal fragancia, de tal marca, en colaboración con Ross Perfumes. Y viendo el resultado, de ahí mi idea sería hacer mi propia línea de fragancias. No yo como perfumista, pero sí aportando en el esqueleto.