El hombre colapsó en su domicilio y tuvo que ser llevado a urgencias. El dolor que sintió fue “peor que lo que sentí en Afganistán”.
Con tan solo 36 años, un hombre vio su vida pasar frente a sus ojos. El hábito de tomar dos litros de bebidas energéticas todos los días, por dos años, le pasó la cuenta.
La primera vez que el inglés Andy Hammond probó una Monster, fue cuando era adolescente. Aseguró que no le gustaba el sabor, pero que se había vuelto “una costumbre”.
Fue así como comenzó a incorporar esta bebida en su día a día y no se dio cuenta cuando comenzó a tomar cuatro latas de 500 ml por jornada. Es decir, dos litros diarios.
Su cuerpo empezó a dar señales de que algo andaba mal. Un día, notó que cada vez que iba al baño hacía orina con sangre. Los médicos lo trataron por “varias infecciones graves”, pero todo cambió cuando colapsó en casa y tuvo que ser llevado a urgencias. Esto es lo que le pasó.
Qué le pasó al hombre que tomaba 2 litros de bebida energética al día
Ya hospitalizado, los doctores encontraron un cálculo de cuatro milímetros en el riñón del hombre y, tras conocer sus antecedentes, atribuyeron que esa masa dolorosa compuesta por sal y minerales se formó por el consumo prolongado de bebidas energéticas.
“Serví al ejército y fui herido en Afganistán, y nada se compara con los cálculos renales”, aseguró Andy. “Me dijeron que las bebidas energéticas contienen mucha cafeína, fósforo y azúcares, y hay investigaciones médicas que relacionan las bebidas con la formación de cálculos renales”.
Según relató, tardaría entre seis meses y dos años en recuperarse por completo. Además, agregó que sigue teniendo infecciones recurrentes.
El susto que tuvo ese día lo hizo cambiar sus hábitos abruptamente: “Para mí ahora es solo agua, comer saludablemente y mantenerme en forma”.
Los efectos secundarios de tomar bebidas energéticas
Además de lo que le pasó a Andy, según un estudio publicado en Public Health Journal, los niños y jóvenes que beben energéticas tienen más probabilidades de tener un mal rendimiento académico e incluso ideaciones suicidas.
Además, para todas las edades, las energéticas pueden provocar problemas de sueño, ansiedad, depresión y hábitos alimentarios poco saludables. También dolores de cabeza y de estómago que pueden complicarse con el tiempo.