Es el personaje más viral de Chile. Desde Tik Tok a cantar en la Quinta Vergara y protagonizar “Secreto en el lago”, el primer reality con contenido triple equis de este país, Rene Puente, más conocido como tío René o loco René es un hombre que quiere dejar una huella.
Existe una controversia respecto a quien dijo la frase “en el futuro, todo el mundo tendrá sus 15 minutos de fama”. Se supone que fue Andy Warhol, pero luego el fotógrafo Nat Finkelstein salió al baile asegurando que él le hizo esa reflexión al artista mientras lo retrataba y después éste fue y se la ufanó.
Otra gente le atribuye la predicción a un acomodo o resumen de la teoría de la aldea global de Marshall McLuhan.
“Mi vida ha cambiado 100%, pasar este nivel de fama ha sido bonito. Me gusta disfrutarlo, aunque la gente no me deja ni caminar en el mall”, dice René Puente mientras mira el mar por la tarde en Reñaca en una entrevista para el programa Entre Chorizos.
La reflexión bien podría ser uno de esos reel con atardeceres hermosos y una reflexión vía audio de Whatsapp que pululan en Instagram.
Pero que sus audios sean usados para la creación de introspectivos reels es un detalle respecto del nivel de popularidad que tiene René Puente hoy en día. Una exposición y privilegios de los que, según relata, a ratos no se siente merecedor.
“A veces siento que no me merezco el cariño, porque igual a veces ando haciendo cosas malas. Pero es una oportunidad de cambiar y ser otro totalmente diferente”, dice en el vodcast de Vamo a Calmarno.
“Lloro de felicidad en la noche cuando veo videos mios. Porque es bacán tener esta fama, pero también por mí, por tener la valentía de hacer las cosas que me gustan, y ganar plata. Mi mamá está contenta de que no esté metido en problemas. Ella tiene 84 años. Mi sueño es hacerle una casa como la que le hizo a su mamá mi compadre Pailita”, dice ahí mismo.
Hace exactamente un año, el tío o loko Rene cantó su canción “Dos Shipitia” en el escenario más importante de Chile: la Quinta Vergara de Viña. Esa canción obtuvo una reacción del youtuber Coreano Loco, un remix, y en total más de 5 millones de reproducciones.
“Mi vida antes era fea, fome, me molestaban mucho, ahora que pasé a cantante la vida me permitió dar un giro, hacerme respetar. Pero me ha costado acostumbrarme también”, dijo en Entre Chorizos.
Lo de Rene Puente no es tan Warholiano. Es más una reversión chilenizada de un guión de Charlie Brooker para la distópica y post-apocalíptica serie Black Mirror.
Los sueños de Rene
“Mi mamá hizo el rol de mamá y papá. Mi padre me dejó botado de cabro chico, nunca quiso reconocerme. Igual espero que esté contento ahora del hijo que tiene. Mis hermanos por parte de papá tampoco nunca me tuvieron buena, espero que estén orgullosos igual. A mi papá me gustaría abrazarlo, pero desgraciadamente no puedo”, dice el hombre de 44 años.
El personaje adquirió notoriedad en el marco del denominado Torneo de Cell junto a otros como Papi Micki, El Leñador, el Ninja de Pudahuel y Huevo Rey. Allí destacó por entre los demás por lo amplio de su arco dramático, que pasaba del agresivo palabreo a la ternura del enamoramiento y sentidos momentos de arrepentimiento y enmienda.
Más que Ganar o Servir y ciertamente más que Gran Hermano, el contenido que está revolucionando el formato para bien o para mal es Secreto en la Cabaña con su innovadora distribución de contenido: gratuito y para todo espectador en Youtube, y de pago y pseudo triple equis por Arsmate.
Ahí, el loko Rene, el tío Rene, despliega un a ratos incómodo de ver y un poco bizarro, acaso de humor negro o dogma, papel de actor de películas para adultos.
“Nací en Lo Valledor, en Pedro Aguirre Cerda. Mi infancia fue fea. Me pegaron muchas veces. Creo que mis nervios me jugaban en contra”, contó en Entre Chorizos. “Ir a la Teletón para aprender a caminar fue lo más difícil que viví. Estuve desde muy chico, hasta los 10, ahí me pude lanzar solo. A los 12 recién caminé bien y pude ir a la escuela solo”, dice en Entre Chorizos.
En VAC complementa: “Estudié en un colegio especial, pero nunca me gustó. Me molestaban mucho, así que hice la cimarra todos los días. Me arrancaba solo y me iba a La Pintana a huevear”.
De vuelta a la playa de Reñaca. El sol comienza a ponerse en el mar del Pacífico y se refleja en sus lentes de sol. El tío Rene mira hacia el océano y cuenta: “Las drogas las quise probar y desgraciadamente caí en el vicio. Estuve en drogas duras, eso tengo que dejarlo, quedarme con la pura marihuana, para eso tengo receta médica”.
Entre los sueños de Rene están ser padre y cantar en el Festival de Viña. Pero por sobre todo, la trascendencia. Romper con la idea de los 15 minutos de fama: “Me gustaría dejar una huella”, decreta esperanzado. Desafiando quizá ese inexorable destino que plantea que la fama es efímera.
“Yo no soy como me pinta la gente, tengo sentimientos, aunque a veces son fuertes y feos. La gente me discrimina mucho por como soy. Hoy día me interesa dejar todo lo malo atrás, botarlo. Y enfocarme en lo bueno que me está pasando”, dice mientras el sol termina de ponerse en el horizonte.