Mujer rescató a una gaviota bebé y la cuidó hasta que aprendió a volar

Margot, la gaviota que aprendió a volar junto a mujer en Concepción.

Andrea Sepúlveda alimentó y atendió a una pequeña gaviota que encontró en el estacionamiento de su trabajo en Concepción.

En un día de mediados de enero, Andrea salió de su oficina de trabajo en Concepción y como siempre se dirigió hacia el estacionamiento en búsqueda de su auto. Al momento de llegar se percató de una pequeña y poco elegante gaviota corriendo de un lado para otro.

Es común en esas fechas que las gaviotas más pequeñas empiecen a volar pero no todas tienen la misma facilidad o un éxito asegurado. Al verla, Andrea quiso ayudarla. “Mi idea era llevarla hasta la superficie para que pudiera irse, pero era evidente que aún no podía volar. Sabía que vagando por la calle no sobreviviría, así que la subí a mi auto y la traje a mi departamento en San Pedro de la Paz”, dijo a RBBCL.

Al comienzo, luego de ser rescatada pasó un par de días en la cocina de Andrea, aclimatándose al nuevo ambiente y recuperándose de su paso callejero. Tras esto la mujer de concepción la dejó en la terraza de su departamento para que volara cuando estuviera lista.

Andrea alimentó con pescado a la gaviota.

Andrea pensó que tardaría poco tiempo, pero no acertó, a la gaviota le costaba cada avance. Esta intentaba emprender vuelo pero siempre terminaba golpeándose con las sillas o las plantas.

Para que pudiera ponerse más fuerte y saludable, Andrea comenzó a darle pescado. Asimismo, para que se sintiera más cómoda en el ambiente, le puso un pocillo con agua en el cual Margot podía sentirse como si estuviera en el mar.

Margot mojándose en el pocillo con agua puesto por Andrea.

Por otro lado, Andrea tiene un gato llamado Huachimingo, quien pese a la intriga por Margot, jamás la atacó: “Le causaba mucha curiosidad, pero nunca le hizo nada”, aseguró Andrea.

Margot daba a entender que se sentía realmente muy cómoda con Andrea, ya que siempre que ella no estaba, se asomaba por la ventana de la terraza y miraba hacia dentro en su búsqueda, en donde solamente encontraba a Huachimingo durmiendo la siesta.

Margot observando al gatito de Andrea, Huachimingo.

Tras dos semanas intensas de alimentación y entrenamiento, Andrea percibió que Margot ya estaba lista para volar por primera vez y marcharse para siempre. Es por esto que le dio espacio, comenzó a grabarla y simplemente la observó, como quien mira a su hijo caminar por primera vez.

Andrea relata que tras unos minutos, Margot giró la cabeza hacia ella por última vez y se lanzó a volar.

En entrevista con Bío Bío Chile se le preguntó si le dio pena su partida, a lo que Andrea aseguró: “Sí, pero era lo que esperaba”.

Finalmente tras dos semanas de entrenamiento y alimentación, Margot se fue de la terraza de Andrea.

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